Ante el embate de funcionarios de los tres poderes contra las leyes y las instituciones que juraron respetar y que deberían fortalecer y en todo caso mejorar, hay quien cree que todo está permitido, camino a la barbarie. ¿Cómo entender si no la ignominiosa afirmación de que para “los transformadores” el afán de justicia justifica la violación de la ley, así se llame Constitución? ¿O el empeño en sostener candidaturas ofensivas para las víctimas directas y la mitad de la población?
Sin duda los acontecimientos de las semanas recientes son alarmantes para quienes creen en la necesidad de preservar reglas confiables y vías de diálogo para convivir en democracia. La cerrazón y falta de autocrítica de las voces oficiales y la ausencia de proyectos alternativos por parte de la oposición parecen en efecto llevarnos hacia el callejón de la desesperanza.
Al mismo tiempo, sin embargo, hay múltiples indicios de que, además de fe ciega en el líder, contradiscursos fanatizantes, quejas impotentes y alabanzas dignas de mejor causa, hay en la sociedad mexicana sentido crítico e iniciativas que, pese al ensordecedor ruido preelectoral, resisten a la degradación. No es casual que entre ellas destaquen organizaciones de mujeres.
Desde la marcha del 8 de marzo de 2020, se ha repetido que las feministas constituyen el único o más fuerte movimiento opositor al gobierno actual. Podríamos decir que son las feministas y las mujeres organizadas del país en busca de una vida con más igualdad, justicia, respeto a los Derechos Humanos de las mujeres y niñas y de sus familias y comunidades. Feministas o no, quienes han protestado contra diversas políticas gubernamentales lo han hecho por urgente necesidad de defender los avances ganados con mucho esfuerzo, trabajo y hasta riesgo.
En el contexto de violencia creciente contra las mujeres y niñas, y sobre todo en el marco de las campañas electorales, la actividad política de las mujeres se ha vuelto más visible y necesaria ante la inercia misógina del sistema de partidos y las afrentas directas a las ciudadanas. A los lineamientos del “3 de 3 contra la violencia” (machista) aceptados por el INE en 2020 y al trabajo constructivo del grupo “Nosotras Tenemos Otros Datos” que desde el año pasado ha difundido información sobre la condición de las mujeres y la violencia contra ellas en todo el país, se sumó públicamente hace unos días la “Observatoria Ciudadana Todas Mx” que ya se ha destacado por hacer públicas las denuncias formales contra candidatos que han ejercido alguna forma de violencia machista.
Compuesta por 154 organizaciones de todo el país, la @ObservatoriaMx busca promover la pluralidad, democracia e inclusión en las elecciones, en particular la participación política de las mujeres. Además de observar “con gafas violeta” el proceso electoral, demandan que los partidos respeten el “3de3” y por ello han denunciado ya a más de 70 candidatos de todos los partidos con acusaciones formales de violación, acoso, pederastia, maltrato familiar y falta de pago de pensión.
Si ya los casos del candidato Salgado y del diputado Huerta evidencian la escandalosa tolerancia de la violencia que se da en la esfera política, la creciente nómina de agresores de todos colores prueba la necesidad de que la ciudadanía se involucre, busque y tenga la información necesaria para exigir, junto con el INE, que los partidos descarten a este tipo de personajes y demuestren con hechos su rechazo a la violencia contra las mujeres, tanto en el espacio público (sobre todo si son candidatas) como en el espacio privado.
La determinación del TEPJF de ratificar la anulación de la candidatura de Salgado Macedonio y Morón a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán, respectivamente, se basó en las transgresiones a la norma electoral que ambos cometieron, no a las graves acusaciones contra el primero. Sin embargo, la sombra que ha rodeado al excandidato guerrerense en meses recientes y que lo acompañará largo rato surge de las denuncias y protestas de mujeres que no están dispuestas a callar ante agresiones que están penadas por la ley aunque parte de la sociedad pretenda cerrar los ojos y minimizarlas.
En un año en que el feminicidio y el asesinato de mujeres y niñas han alcanzado cifras extremas, con 362 asesinadas sólo en marzo, partidos y gobierno han demostrado su falta de ética y su desdén por los Derechos Humanos de las mujeres. Las integrantes de la Observatoria y muchas ciudadanas les recuerdan hoy que las mujeres representamos más de la mitad del padrón electoral, participamos y votamos.
Nosotras resistimos, nosotras votamos
30
de Abril
de
2021
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