Ludopatía en mujeres… del juego a la adicción

22 de Abril de 2014
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La ludopatía se caracteriza porque la persona que la padece tiene díficultad para controlar sus impulsos, y práctica de manera compulsiva uno o más juegos de azar.
La ludopatía se caracteriza porque la persona que la padece tiene díficultad para controlar sus impulsos, y práctica de manera compulsiva uno o más juegos de azar.
En la antigüedad se consideraba al juego de azar como una de las grandes pasiones de la clase alta (Fleming, 1978), y a lo largo de la historia ha sido considerado como una de las grandes plagas de la humanidad por su gran poder de destrucción (Bisso-Andrade 2010).

El 26 de agosto de 2011 el periódico Excélsior destacaba que “un comando, presuntamente del grupo delictivo de Los Zetas, roció gasolina en el interior del Casino Royale de Monterrey, provocando un incendio que dejó 61 personas muertas”.

Hoy en día, sabemos que fueron aproximadamente 100 las personas fallecidas; la misma noche de la tragedia se habían identificado sólo 35 mujeres y 10 hombres entre las víctimas.

Saber que del total de víctimas de este atentado el mayor número de personas muertas fueron mujeres, se convirtió en un “foco rojo” que muy pocos medios de comunicación atendieron desde un enfoque de género.

Aunque especialistas de la Facultad de Psicología de la UNAM están desarrollando un modelo de atención para personas con problemas de ludopatía, en un convenio firmado con el Centro Nacional para la Prevención y el Control de las Adicciones (Cenadic), aún falta mucho por hacer (**).

Definitivamente continúa siendo la atención de la ludopatía en las mujeres una asignatura pendiente para todas y todos los profesionales de la salud mental y emocional. Es también un problema de salud pública que tiene fuertes repercusiones emocionales en gran parte de la población femenina de nuestro país.

Los casinos han proliferado por todo el país y con ellos el número de personas que gustan de esta actividad, misma que es difícil  medir porque no contamos con cifras oficiales de la cantidad de jugadoras y jugadores y mucho menos de la cantidad de personas adictas al juego.

La palabra ludopatía se origina del latín “ludus”, que significa “juego”, y de la palabra griega “pato” que significa afección, enfermedad o pasión, por lo que la ludopatía se caracteriza porque la persona que la padece tiene dificultad para controlar sus impulsos, y practica de manera compulsiva uno o más juegos de azar.

Es esta una situación que afecta la vida diaria de la persona, de tal forma que la familia, la alimentación o incluso el sexo dejan de ser importantes, pasando a un segundo plano.

Es por ello que a la ludopatía hay que entenderla como una enfermedad crónica, es decir como una adicción, no con la intención de etiquetar a las personas sino para que al nombrarla exista y cobre la importancia que merece, y para que las mujeres afectadas por esta enfermedad emocional reciban la atención que requieren.

Desde 1992 la Organización Mundial de la Salud clasifica a la ludopatía como una enfermedad emocional, y la define como una “adicción patológica a los juegos de azar y las apuestas”.

Podemos considerar como socio-adicción a la ludopatía porque no está relacionada con el consumo de sustancias, sino con prácticas sociales que tienen que ver más con la forma de vincularse con el entorno.

Belloch (2008) define a este tipo de adicción no tóxica como la “dependencia hacia un objeto o actividad en donde no existe ingesta de ningún compuesto químico que ocasione cambios biológicos nocivos para el organismo” (***).

Por otro lado, Calero (2007) define la dependencia psicológica “como una conducta persistente donde la persona pierde el control e incrementa la actividad a medida que pasa el tiempo” (****).

Pero ¿qué empuja a algunas mujeres a no disfrutar tanto del juego sino a depender cada vez más y más de él? En mi quehacer psicoterapéutico he podido constatar que toda adicción es sólo el síntoma de otro trastorno más profundo y la ludopatía no es la excepción.

Partamos de que la base de toda esta problemática emocional está cimentada en la sensación de soledad, misma que impulsa a algunas mujeres a buscar contención afectiva y “acompañamiento” a través del juego.

Es notorio que a partir de la apertura de casinos, las visitantes más asiduas sean mujeres, por lo general solas, con gran necesidad de pertenencia y muchas veces con problemas de pareja.

Mujeres de la tercera edad excluidas de sus familias, víctimas de maltrato y con problemas económicos, mismos que fantasiosamente creen que resolverán con un “golpe de suerte”.

En su mayoría todas estas situaciones son generadas por depresión, profundas carencias afectivas y cualquier manifestación de violencia de género.

Estoy segura que quienes gustan del juego y tengan ya una adicción, no estarán de acuerdo conmigo, argumentando que son ellas y ellos quienes controlan su manera de jugar.

Sin embargo, dado que es un problema de salud pública considero de vital importancia colocar nuevamente el dedo en el renglón o quizás en la llaga, para contribuir desde mi compromiso emocional y social a crear conciencia sobre la importancia de no sólo abordar el tema sino de ejercer presión en el gobierno, para que tome cartas en el asunto.

Es una realidad estudiada que la ludopatía o juego compulsivo en algunas ocasiones genera: violencia y estrés, abandono de hijas e hijos, problemas de pareja, y en casos extremos actos delictivos como robo para seguir jugando o tratar de pagar las deudas adquiridas por el juego, así como ideas suicidas e intentos de suicidio.

Cuando la mujer se da cuenta que no tiene un proyecto de vida propio, además de ser madre y esposa, experimenta una sensación de vacío, misma que evade a través de los juegos de azar.

Existen diferencias de género en la forma en que viven esta experiencia mujeres y hombres, mientras los hombres encuentran en el juego y las apuestas excitación y emoción, las mujeres juegan y apuestan para evitar sentir tristeza, dolor, abandono y soledad.

Como podemos darnos cuenta, la ludopatía en las mujeres es un problema psicosocial poco atendido y profundamente delicado, porque no sólo destruye la vida de quienes la padecen sino que también afecta la vida de quienes les rodean.

En los juegos de azar se entrelazan muchos elementos: el estatus, el poder, la emoción de la adrenalina que permite a la o el ludópata sentir, el placer que generan las endorfinas, la evasión del sentimiento de soledad, y la ilusión de poder cambiar su vida.

Por lo general, las personas que sufren ludopatía se sienten avergonzadas y tratan de evitar que otras y otros se enteren de su adicción.

De acuerdo con la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, si tienes más de cinco de los siguientes síntomas es momento de atenderte:

•Cometer delitos para conseguir dinero para jugar.
•Sentirte  irritable al tratar de jugar menos o al dejar de jugar.
•Juegas para escapar de tus problemas o de sentimientos de tristeza o ansiedad.
•Apostar mayores cantidades de dinero para intentar recuperar las pérdidas previas.
•Perder el trabajo, una relación u oportunidades en tus estudios o en el trabajo debido al juego.
•Mentir sobre la cantidad de tiempo o dinero gastada en el juego.
•Hacer muchos intentos infructuosos por jugar menos o dejar de jugar.
•Necesidad de pedir dinero prestado debido a las pérdidas ocasionadas por el juego.
•Necesidad de apostar cantidades cada vez más grandes de dinero para sentir excitación.
•Pasar mucho tiempo pensando en el juego, como recordar experiencias pasadas o formas de conseguir más dinero con que jugar.

Existen diferentes tratamientos para el juego adictivo que incluyen: la psicoterapia, los grupos de autoayuda y la medicación psiquiátrica de ser necesario.

“Jugadores anónimos” es un tratamiento que se utiliza para tratar la ludopatía, basado en el modelo de 12 pasos de Alcohólicos Anónimos, que enfatiza la ayuda mutua.

Algunos datos importantes:

•En México no hay una cifra exacta, pero se cree que existen casi 2 millones de personas adictas a los juegos de azar.
•El Consejo Nacional Contra las Adicciones (Conadic) no cree que la ludopatía sea un problema de salud pública en el país.
•La Secretaría de Gobernación ha expedido 552 permisos para casinos, de los cuales operan 305.
•Se estima que existen unos 500 casinos irregulares en el país.
•No existen campañas de prevención, ni siquiera se conoce una estadística real sobre el número de ludópatas.
•Ni la Secretaría de Salud ni el Conadic, ni tampoco el sector privado han realizado campañas para prevenir la adicción al juego.
•Según datos de la OMS, la ludopatía se posiciona como el causante número uno de suicidios.

Si tú o alguien que conoces sufren adicción al juego, atiéndanse  para que recuperen su vida emocional y dejen de ser presa de los intereses involucrados en la creación de estas casas de juego.

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