Arrimones consensuados… ¿riesgosos? ¿violentos?

Además de importante, es un tema que considero necesario visibilizar, no con la intención de estigmatizar a quienes gustan de esta práctica, sino para contribuir a desnaturalizar la violencia, para que las mujeres no corramos riesgos innecesarios en aras de la búsqueda de placer.

25 de Noviembre de 2015
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Además de importante, es un tema que considero necesario visibilizar, no con la intención de estigmatizar a quienes gustan de esta práctica, sino para contribuir a desnaturalizar la violencia, para que las mujeres no corramos riesgos innecesarios en aras de la búsqueda de placer.

Este 25 de noviembre es el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, por lo que se convierte en un excelente marco para colocar el tema de los “arrimones consensuados”, porque es un tema complejo debido a la sutilidad con que se vive, sumado al desconocimiento de esta actividad por gran parte de la sociedad.

“El acoso sexual es un delito, el #ArrimonConsensuado no”, son estas las palabras con las que atraen e invitan en el sitio del mismo nombre a las y los usuarios de redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram, para concertar citas en ciertos vagones del Metro y en el Metrobús a fin de experimentar estos “arrimones”, entiéndase frotamientos y tocamientos sexuales.

Es a través de las redes sociales que las personas interesadas en este tipo de contactos envían a los administradores de estas páginas un mensaje privado para informar cuál será su ruta, el número de vagón y puerta, la hora y portan una pulsera que les identifica como una persona que quiere dar o recibir tocamientos.

Esta actividad se conoce como “froteurismo” o “froterismo”, el concepto tiene su origen en la palabra francesa “frotter” que significa rozar.

El “froteurismo” se refiere a la actividad de excitarse y estimularse sexualmente tocando y rozando el cuerpo de otra persona con sus genitales o cualquier otra parte del cuerpo en lugares concurridos como por ejemplo el Metro, Metrobús, conciertos o en antros.

Según las estadísticas, ocho hombres por una mujer buscan este tipo de encuentros, que a decir de las y los estudiosos de esta conducta, no es un preludio de un encuentro erótico, sino que en la mayoría de los casos es el recuerdo de la sensación de frotamiento asociado a la masturbación lo que genera placer. Se cree que el rango de edad en que más se presenta es entre los 15 y 20 años.

Los “arrimones consensuados”, a decir del administrador de uno de estos sitios, se crearon entre otras cosas (según esto) para “proteger a las mujeres” del acoso que experimentaban en este tipo de espacios, con la idea de que la mujer que lo busca y lo acepta entonces no está expuesta a ser víctima de abuso sexual.

La anterior aseveración me parece sumamente delicada, pues nunca se sabe si las personas con las que se acuerdan estos “arrimones” son personas tanto mental como emocionalmente sanas.

Me es importante aclarar que estoy colocando el foco de atención en el cómo y no en el qué se hace, porque cada persona es libre de ejercer su sexualidad de la forma en que mejor le parezca.

Lo preocupante del tema consiste en el doble discurso utilizado por los administradores de esta “cibercomunidad”, como ellos mismos se nombran, cuando dicen: “Los arrimones consensuados se crearon con la idea de evitar el acoso hacia las mujeres en los medios de transporte y erradicar la violencia hacia las mujeres”, cuando en realidad la forma en que trabajan no termina por cuidar a la mujer de ser violentada y se quedan muy cortos, en lo que a seguridad de las mujeres se refiere.

Sabemos que en toda historia o acción entre dos o más personas, existe algo llamado corresponsabilidad; en este caso, entre quienes ofrecen este servicio y quienes lo buscan.

Sin embargo, no podemos dejar de ver lo que sucede en el día a día de nuestro país, en relación al número de violaciones de mujeres y de casos de trata, por lo que al escribir esta columna quiero utilizar la alerta de género para propiciar que las mujeres que busquen estos encuentros lo hagan desde un profundo autocuidado.

Porque es una realidad que la “cibercomunidad” no va a cuidarlas, ni a protegerlas y mucho menos a responsabilizarse por lo que después del arrimón suceda… “Eso ya es rollo de ellas y ellos”, dice el administrador en la entrevista que pueden ver en YouTube**.

El foco está puesto ya en el gran riesgo que se puede correr si no se tiene cuidado; esto no se trata de un “tabú por falta de conocimiento”, como dice la autora de “Sexo Amateur” en la misma entrevista. Se trata de hacer conciencia de la forma en que se lleva a cabo el consenso, y por tanto de los riesgos a que podemos estar expuestas.

Existen personas que creen que al haber consensuado algo, pueden ejercer presión y poder, abusando, violando e incluso matando, en nombre del consenso.

Si eres una mujer que gusta de buscar excitación a través de este tipo de actividades u otras que impliquen riesgo, es importante que te informes detalladamente y sobre todo que trates de realizar estas actividades en el ambiente de mayor seguridad posible.

Date cuenta que para el grupo o agencia a la que te acercas para que te ayude a concertar este tipo de encuentros, quien menos importa eres tú y tu integridad, y existe un alto grado de riesgo al no responsabilizarse por lo que después del “arrimón consensuado” en el lugar público pudiera suceder…

El placer sexual es tu derecho y lo es también ejercer tu sexualidad como tú desees y con quien desees, sin embargo es importante no ignorar la profunda y gran violencia que vivimos en nuestro país, especialmente las mujeres. Para darnos una idea, cada día la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal recibe al menos una denuncia por hostigamiento y acoso sexual hacia una mujer.

Cambiarle el nombre de “froteurismo” (ha sido considerada una parafilia***) por el de “arrimón consensuado” no hace inmunes a las mujeres del riesgo y de la violencia.

Las estadísticas de que ocho hombres por una mujer practican esta actividad hablan por sí mismas, y permiten asegurar que estamos en mayor riesgo las mujeres en caso de buscar un encuentro de este tipo.

Es tu derecho y responsabilidad informarte detalladamente y cuidar los lugares a los que te acercas en busca de una experiencia placentera, para evitar que el placer de esta actividad se convierta en una situación riesgosa y violenta para tu persona.

“Por una vida digna, plena, de respeto y libre de violencia para cada mujer del mundo”.

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