Hay ausencias justificadas que pueden pasar desapercibidas. Pero las inasistencias son imposibles de ocultar. Me refiero a cuando debes estar y no llegaste.
Es el caso de dos inasistencias muy visibles y simbólicas de la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano.
La primera fue cuando la Comisión de Igualdad del Congreso del estado conmemoró un aniversario más del voto de las mujeres en México, el pasado 17 de octubre. La gobernadora es beneficiaria directa de la lucha de las mujeres por la igualdad entre mujeres y hombres.
La igualdad, ésa que ahora entendemos no debe estar sólo en papel, sino en el mecanismo de garantía del ejercicio de derechos, hoy está de moda.
La propia gobernadora, en su mensaje de rendición de protesta como titular del Poder Ejecutivo de Sonora, muy leve, pero agradeció a las mujeres que la antecedieron, pues reconoce que gracias a ellas es que puede ahora gozar de los derechos políticos, incluso para llegar a la primera posición de mando en la entidad.
Frente a su madre, Alicia Arellano Tapia, primera senadora de la República junto con María Lavalle Urbina, tuvo un momento para agradecerles a todas esas mujeres que abrieron camino, que sufrieron la violencia de los hombres que se oponían –y se siguen oponiendo– a que las mujeres gobiernen, administren lo público, legislen y juzguen.
A pesar de sus palabras, esto no se reflejó en su presencia en el acto del 17 de octubre a 62 años de que las mujeres pudieron ejercer el voto en México.
Las mujeres presentes, diputadas de todos los partidos, ex legisladoras locales y federales, activistas de la sociedad civil, precursoras de la participación política de las mujeres, impulsoras de las cuotas y las reformas electorales que benefician la participación de las mujeres en igualdad con los varones, pero ella no se presentó.
Como si fuera cualquier otro evento político envió a una representante que dijo –como siempre se hace en esos casos– que la gobernadora enviaba un saludo a las asistentes y que le hubiera gustado estar presente, pero por cuestión de agenda, no pudo.
Ese “no pudo” dolió a quienes han apoyado a otras mujeres para que persistan y resistan la violencia política y electoral, y se han constituido en su fuerza sororal para actuar ante los actos que atenten contra sus derechos. ¿Qué había más importante para la primera mujer que ocupa la gubernatura del estado que ir a dar las gracias y a refrendar la sororidad entre mujeres?
Su presencia era clave para dar a conocer su postura en relación a la política pública para las mujeres, sobre la cual no se ha pronunciado. Era esencial que les hablara directamente para que a su vez ellas se sintieran correspondidas en el apoyo, ahora que está ejerciendo como gobernadora.
Una vez más, otro asunto fue superior en importancia que estar con las mujeres. Siempre es así, pero por alguna razón se esperaba que por ser mujer hubiera algún cambio, pero no fue así.
La segunda gran inasistencia de Claudia Pavlovich fue en la entrega del informe del Grupo de Trabajo conformado para atender la solicitud de Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres AVG/005/2015, en el municipio de Cajeme.
Fue el pasado 9 de noviembre cuando Alejandra Negrete Morayta, titular de Conavim, personalmente acudió al Palacio de Gobierno de Sonora para entregarlo en sus manos a la titular del Ejecutivo, tal como lo establece la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia en su Reglamento, previa cita.
Pero la gobernadora no se encontraba, ni hubo alguien en el recinto enterado de que aquello iba a suceder ese día. Por su parte, el secretario de Gobierno tampoco se encontraba y todo hizo indicar que no había dejado instrucciones al respecto.
Después de casi una hora de espera, Alejandra Negrete fue atendida por un subsecretario de Gobierno, y expuso el contenido del informe, estando presentes representantes de organizaciones civiles que acompañan la solicitud de Alternativa Cultural por la Equidad de Género, peticionaria de la AVG para Cajeme.
A partir de ese día, la gobernadora cuenta con 15 días hábiles para responder si acepta las conclusiones del informe y presenta su plan de trabajo para los seis meses siguientes, incluidas las acciones inmediatas emergentes, o si rechaza dichas recomendaciones y entonces la Secretaría de Gobernación decidirá si declara la AVG para Cajeme y/o el estado de Sonora.
La inasistencia del Poder Ejecutivo en tan importante entrega se debió a que la titular reconocía en un evento especial a todas las presidentas de los DIF municipales, y les conminaba a unirse en el esfuerzo por las familias que menos tienen. Nada mencionaba de las mujeres y niñas desaparecidas, violentadas y asesinadas en Sonora.
Su discurso refrendaba que la familia es el centro de todo, y que es ahí en donde debemos trabajar, pues es el núcleo de toda sociedad, por eso ella le apuesta mucho al fortalecimiento de la familia.
Pero no dijo que las mujeres encabezan 25.7 por ciento de hogares en Sonora y que es necesario fortalecerlas con presupuesto para la Ley de Protección a Jefas de Familia. No habló de vivienda, educación, empleo, seguridad social para ellas, para que repercuta en sus familias. Jamás hizo alusión al derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Tal vez por eso la entrega del informe sobre la solicitud de AVG para Cajeme, no tuvo mucha importancia. Probablemente por eso se trató un tanto informalmente la reunión de entrega.
Sin embargo, su respuesta al informe no debería ser así. El próximo 1 de diciembre, la gobernadora deberá responder con seriedad los cuestionamientos, por respeto a la vida de las mujeres y niñas asesinadas cruelmente en territorio sonorense. Deberá dar la debida formalidad al plan de trabajo y deberá comprometerse en plazos específicos a su cumplimiento.
La idea de que el Instituto Sonorense de la Mujer es la institución que va a responder, es de alcance muy corto. Las alertas de género no son mecanismos de juguete. Las mujeres violentadas y asesinadas en Sonora merecen que como parte de la justicia se garantice la no repetición de los casos de feminicidio. Y para eso se necesita a todo el aparato estatal.
Eso significa tomar con mucha seriedad, experiencia y profesionalismo la elaboración de la respuesta. Porque no es un oficio más a contestar. No es un plan a largo plazo que otra vez pueda mantenerse en incumplimiento.
Este miércoles 18 las mujeres de las organizaciones civiles se instalarán en mesa de seguimiento, pues para ellas el feminicidio y todos los tipos de violencia contra las mujeres merecen la máxima atención y prioridad. La gobernadora lo debería tomar en cuenta. Ya faltó a dos momentos clave relacionados con las mujeres, ojalá que en la respuesta no permanezca ausente.
Las inasistencias de la gobernadora
Ay ausencias justificadas que pueden pasar desapercibidas. Pero las inasistencias son imposibles de ocultar. Me refiero a cuando debes estar y no llegaste.
20
de Noviembre
de
2015
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