Las medidas cautelares impuestas por el INE a Claudia Sheinbaum obligaron al presidente a pronunciarse en medio de una lucha fratricida que sostiene con la autoridad electoral; que ya pasó por una marcha ciudadana; que se encuentra inscrita en un debate intenso en el Congreso sobre la reforma electoral e inmerso en un proceso interno donde se reconocen hermanas y hermanos pero se desconocen a parientes incómodos como Monreal y Noroña.
Para quienes fueron críticos de la marcha del presidente estos no asumieron la visión que se tiene desde el poder, el contexto de lo mencionado da una respuesta puntual, mostrar la fuerza que se tiene fue un poderoso mensaje, controlar la sucesión es un asunto de Estado que está por encima de cualquier interés porque responde primero al sentir de un pueblo que hoy se siente muy representado por el gobierno, y segundo, porque ese apoyo se desprende de la deposición de un régimen neoliberal que estuvo lleno de insensibilidad, oportunismo, excesos y ambiciones que terminaron por fastidiar a la gran mayoría.
A pesar de las políticas públicas, que no son del gusto de muchos, el bono democrático que aún conserva López Obrador es muy abundante, su base social está más que entregada a su persona, hay una identidad que va más allá de un simple afecto, es una incondicionalidad que se puso a prueba en esa marcha misma que será trasladada a un sucesor, de ahí la importancia de estar en ese pequeño círculo de intenciones donde una simple mención o un desprecio significaría todo.
Bajo esa premisa desde luego ha sido muy notoria su preferencia por Claudia, su presencia favorable en las encuestas se debe a ello, sin embargo pudiera ser solo un efecto engañoso ya que ello no significa que vaya siendo la puntera, una investigación demoscópica, con el rigor requerido, arrojaría que el diseño no debiera juzgarse a partir de un único ejercicio de medición, sino a partir de la totalidad de posibles resultados que pudieran tenerse, entre ellos los negativos o positivos que tenga cada aspirante: y en este mar de circunstancias y coyunturas que vive la sucesión, en donde la volatilidad está muy presente, estos resultados estarían siendo interpretados de forma tendenciosa por sus seguidores.
Marcelo estuvo en Querétaro, y a diferencia de Claudia que se reúne con la militancia, él se reunió con la COPARMEX, con agricultores, con gente de la cultura y artistas locales, su investidura se lo permite y por tanto su mensaje trasciende más allá del partido, para efectos de la encuesta esto es lo de mayor impacto; por eso las mediciones que ocupan los Claudistas estos potencializan el nivel de aceptación entre morenistas pero desdeñan la aprobación entre ciudadanos, saben que sus negativos son muchos; la gobernabilidad en CDMx se ha visto comprometida, y aún y cuando en sus giras tiene una presencia considerable es más el universo de ciudadanos que no tienen una buena referencia de ella.
Una encuesta es un estudio científico que no modifica el entorno, el objetivo es producir información que permita estimar la ocurrencia de eventos del pasado reciente, dando periodos específicos de referencia, percepciones vigentes o métricas específicas; esas mediciones son ampliamente conocidas por el presidente y sabe que en ellas el resultado arroja algo muy distinto a sus quereres en donde Marcelo Ebrard está mejor posicionado dentro y fuera de Morena.