Duarte en Veracruz: un desastre para la salud de las mujeres

27 de Enero de 2016
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Duarte en Veracruz: un desastre para la salud de las mujeres.
Duarte en Veracruz: un desastre para la salud de las mujeres.
El diccionario de la Real Academia Española define la palabra “desastre” como “desgracia grande, suceso infeliz y lamentable”; “cosa de calidad, resultado, organización, aspecto u otras características muy malas”; “persona poco hábil, poco capaz, que lo hace todo mal o a la que todo le sale mal”.

El desempeño de Javier Duarte como titular del Ejecutivo en el estado de Veracruz cumple a cabalidad con cada una de las características de un desastre en todo el concepto de la palabra.

Su desempeño puede ser evaluado a partir de diversas áreas de la política social y en cada una de ellas las evidencias de su incapacidad superarían nuestra ficción, no en vano de acuerdo con los últimos datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en Veracruz, se incrementó 22 por ciento el número de personas viviendo en situación de pobreza extrema ocupando el penoso quinto lugar nacional con mayor producción de pobreza.

Pero como botón de muestra vamos a centrarnos en esta ocasión en el tema de la salud y particularmente en los indicadores que tienen impacto en la salud de las mujeres.

Para no ser tachadas de arbitrarias tomemos los objetivos en salud establecidos en el propio Plan Veracruzano de Desarrollo 2011-2016.

El Objetivo 4 se propone “detectar y tratar en forma oportuna el cáncer de mama (CaMa) y cervicouterino (CaCu)”. Para cumplir ese objetivo, los mastógrafos son equipos indispensables e insustituibles para una detección oportuna de CaMa y que de acuerdo con los lineamientos en la materia, todas las mujeres de 40 a 69 años de edad deben practicarse de rutina cada dos años.

Adivine: ¿cuántos tomógrafos existen en los Servicios de Salud de Veracruz? De acuerdo con la Dirección de Información en Salud de la Secretaría de Salud federal, resulta que tenemos sólo tres mastógrafos, leyó bien, sólo tres; en 2010 se tenían registrados nueve.

Según estimaciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), para 2016 vivirán en Veracruz 239 mil 640 mujeres entre 40 y 69 años de edad sin seguridad social; eso implica que hay un mastógrafo para 79 mil 880 mujeres veracruzanas.

En ese mismo sentido, de acuerdo con la Dirección General de Epidemiologia, Veracruz ocupa el último lugar en el indicador de cobertura de detección por mastografía y el antepenúltimo sitio en detección de CaCu en mujeres de 25 a 34 años.

Ahora revisemos el primer objetivo en salud de la actual gestión estatal que a la letra dice: “Disminuir la mortalidad materna (MM) por debajo de la media nacional”, tampoco se ha logrado, si bien se ha reducido, no se ha cumplido el objetivo.

Las últimas cifras publicadas por el Observatorio de Mortalidad Materna registra para 2013 una Razón de Muerte Materna (RMM) nacional de 38.2, mientras que en Veracruz ocurrieron 46.4 MM por cada 100 mil nacidos vivos.

El esfuerzo del personal de salud que labora en los hospitales de los Servicios de Salud de Veracruz no es suficiente si no existe un compromiso real del principal responsable por mejorar la infraestructura.

Respecto a las salas de expulsión, el asunto es preocupante. En 2010 se tenían registradas un total de 188 unidades; actualmente se tienen 123. Cabe mencionar que es la cifra más baja desde los últimos 14 años, estamos hablando de una reducción de 35 por ciento de infraestructura básica para la atención obstétrica.

No obstante, el desastre que está dejando la administración actual en estos pocos meses que le restan a la gestión de Duarte, en lugar de preocuparse por mejorar la salud de las y los veracruzanos, fiel a su lejanía de la realidad y negación de su incapacidad, envía una iniciativa que vulnera la salud y los derechos de las mujeres proponiendo una retrógrada y ociosa reforma al artículo cuarto de la Constitución Política del estado, proponiendo que “el Estado garantizará el derecho a la vida del ser humano, desde el momento de su concepción hasta la muerte natural, como valor primordial que sustenta el ejercicio de los demás derechos; salvo las excepciones previstas en las leyes”.

Cabe mencionar que esta iniciativa la presenta justo cuando a nivel nacional Veracruz ha tomado protagonismo por un importante incremento de la violencia, destacando la desaparición forzada de jóvenes por parte de elementos de la Policía Estatal, y la entrega de 15 recomendaciones por parte de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (Conavim).

¿No le basta a Javier Duarte con los efectos que su incapacidad ha producido? ¿Pretende vulnerar todavía más la salud y los derechos de las mujeres? ¿Es posible que su racionalidad lo lleve a pensar que ya que no ha podido proteger a las y los veracruzanos nacidos vivos y pueda proteger a embriones desde el momento de la concepción?

Pero si ni siquiera ha sido capaz de proteger la vida y la salud de miles de recién nacidos, las incubadoras para prematuros se redujeron importantemente pasando de 257 en el año que tomó posesión (2010) a 198; equivale a un total de 23 por ciento de reducción de incubadoras, y consecuentemente en el indicador de desempeño de letalidad neonatal, Veracruz ocupa el penoso lugar 28.

Tampoco es una racionalidad económica, puesto que el gasto estatal en salud per cápita es insuficiente por sí mínimo. En su gestión se redujo en 69 por ciento, pasando de 305 pesos a la ínfima cantidad de 95 pesos. En ese mismo sentido, en el porcentaje de gasto en salud respecto al gasto total programable, Veracruz ocupa el lugar 28 con el menor porcentaje de gasto en salud.

¿Cuál es la motivación del gobernador para vulnerar más los derechos de las mujeres? ¿Acaso no le han informado sobre las resoluciones en la materia de la Suprema Corte de Justicia en 2008?

Pero ahora la iniciativa está bajo la responsabilidad del Congreso estatal; en una primera ronda ya fue aprobada. Por reglamento, tratándose de modificación parcial a la Constitución Política estatal es necesaria una segunda sesión de votación que será en mayo próximo para que de ser aprobada por el Congreso sea enviada para su aval o rechazo a los 212 ayuntamientos veracruzanos en sesión de cabildo.

¿Tendrá la capacidad la clase política de parar la ocurrencia de Duarte? Todo puede pasar en Veracruz. De ser así, esa aprobación sería vergonzosa para la clase política veracruzana exhibiendo a nivel nacional e internacional no sólo su lejanía con las necesidades actuales de la sociedad, sino su profunda ignorancia política, jurídica, ética y de educación básica.

Por: David Mariano Meléndez Navarro*

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