Mariana Gómez, la joven lesbiana detenida por besar a su esposa en la estación de trenes de Constitución, fue condenada a un año de prisión en suspenso por los delitos de resistencia a la autoridad y lesiones leves agravadas.
La fecha elegida por la jueza Marta Aurora Yungano suena a provocación: el Día Internacional del Orgullo LGBT Mariana Gómez, la joven lesbiana detenida por besar a su esposa en la estación de trenes de Constitución, fue condenada a un año de prisión en suspenso por el delito de resistencia a la autoridad y lesiones leves agravadas porque la víctima es integrante de las fuerzas de seguridad.
El 5 de julio la jueza dará a conocer los fundamentos del fallo. El abogado defensor Lisandro Teszkiewicz, adelantó a Cosecha Roja que presentarán una apelación ante la Cámara de Casación Penal.
“Toda la prueba que se vio a lo largo del juicio, los videos, los testimonios y las pericias, demostraron que Mariana fue víctima de una agresión policial y no cometió ningún delito”, explicó.
Según el Código Penal de la Nación el delito de lesiones leves es un delito de instancia privada y requiere el impulso de la persona damnificada. La policía Karen Villareal, supuesta víctima del ataque, nunca impulsó la acción. Aún así, la jueza Yungano resolvió condenar a Mariana por lesiones leves. “Eso demuestra que la sentencia no sólo es arbitraria, también es ilegal”, dijo Teszkiewicz.
La audiencia comenzó unos minutos antes de las 10:30. La jueza le preguntó a Mariana si quería decir sus últimas palabras antes del veredicto.
—Ese día me defendí de un acto violento y discriminatorio de la Policía de la Ciudad —dijo ella.
La jueza llamó a un cuarto intermedio. Una hora después volvió a la sala de audiencias y leyó el veredicto. Además de la condena por resistencia a la autoridad, Mariana será obligada a pagar las costas del juicio.
Durante el alegato, la fiscal Diana Goral se refirió a la acusada en masculino y le cambió el nombre a Mariano. “Fue una provocación desde el primer día del juicio”, dijo a Cosecha Roja Rocío Girat, la esposa de Mariana, que estuvo presente en todas las audiencias. “No vemos la hora de que esto termine”.
Mariana enfrenta el proceso judicial desde hace casi dos años. El 2 de octubre de 2017 se despidió de Rocío en la estación del tren Roca, en Constitución. Intercambiaron algunas palabras, besos y abrazos. Un empleado de Metrovías y un policía las miraban incómodos.
Mariana tenía un cigarrillo en la mano. El empleado se acercó y le pidió que lo apagara. Ella no era la única fumadora en la estación. “Alrededor había como cincuenta personas fumando”, recordó Rocío. La chica le dijo al policía que no había ningún cartel que indicara que estaba prohibido fumar y señaló a otras personas alrededor con cigarrillos en las manos.
El empleado de Metrovías llamó al oficial Jonatan Maximiliano Rojo.
—Pibe, apagá el cigarrillo —le dijo el policía.
Mariana le explicó que era mujer. Él siguió diciéndole “pibe”. Ella apagó el cigarrillo y se fue. Rojo la cruzó con el brazo a la altura del pecho y le avisó:
—Pibe, vas a ser detenido, quedate acá.
Rojo pidió refuerzos por handy. Unos segundos después llegó la agente Karen Villarreal. La policía la agarró del cuello a Mariana. Con la ayuda de su compañero la tiraron al piso y la esposaron.
Mientras Mariana estaba tirada en el piso, el policía le pidió los datos a Rocío. Ella le dijo que era la esposa de Mariana. Rojo anotó: “Soltera”. Rocío insistió. Le explicó que estaban legalmente casadas. El policía no le creyó. Si quería que la anotara como casada -le dijo- debía mostrarle un documento que lo confirmara.
“Para nosotras fue muy fácil casarnos y muy difícil demostrarlo en el momento en que la llevaron detenida”, contó Rocío.
Mariana estuvo siete horas detenida. La jueza de instrucción María Fontbona de Pombo la procesó por los delitos de “resistencia a la autoridad” y lesiones graves.La jueza no la escuchó a Mariana ni aceptó que la defensa aportara los videos donde se ve cómo los policías la manosean.
Antes del comienzo del debate oral, la jueza a cargo del juicio pidió que se hiciera una pericia médica, que confirmó que no existieron lesiones. En su alegato la fiscal pidió que se la condene por resistencia a la autoridad y lesiones leves agravadas porque la víctima era miembro de las fuerzas de seguridad. Pidió que se tome en cuenta como agravante que Mariana le arrancó un mechón. Y el pelo es una parte muy importante del cuerpo de una mujer, dijo.
Hoy, en el Día Internacional del Orgullo LGBT, la justicia porteña condenó a una mujer por besar a otra.