Reconoce Bersani ser un ganador pero sin grado de gobernar a Italia

26 de Febrero de 2013
Roma, 26 Feb (Notimex).- El líder de la coalición de centroizquierda italiana, Pierluigi Bersani reconoció hoy ser un "ganador que no está en grado de gobernar", tras los resultados de las elecciones de domingo y lunes en las que el Senado quedó sin una mayoría absoluta.

"Nosotros no hemos ganado pese a que llegamos en primer lugar. Quien no logra garantizar la gobernabilidad a su país no puede decir que ganó las elecciones", dijo Bersani en rueda de prensa.

Bersani, secretario general del centroizquierdista Partido Democrático, es apoyado por el partido Izquierda, Ecología y Libertad y por otras formaciones menores y era dado como seguro triunfador en los sondeos pre-electorales desde hace meses.

Sin embargo, los resultados dibujaron un cuadro mucho más complicado, en el que la coalición de centroizquierda alcanzó el 29.54 por ciento de los votos en la Cámara de diputados, frente al 29.13 por ciento de la coalición de derecha de Silvio Berlusconi (que remontó de manera inimaginable).

Debido a la ley lectoral, que prevé un premio de mayoría a nivel nacional a la coalición ganadora en la Cámara de diputados, la agrupación de Bersani se adjudicó automáticamente 340 escaños, mientras la de Berlusconi se quedó con 125.

En el Senado, donde el premio de mayoría se da región por región y no a nivel nacional, Bersani alcanzó el 31.6 por ciento de los votos y 120 asientos, muy lejos del mínimo requerido de 158 para lograr la mayoría absoluta y poder gobernar.

La coalición de Berlusconi, por su parte, obtuvo el 30.6 por ciento de los votos y 117 asientos, lo que le da el poder de condicionar al nuevo ejecutivo.

El gran ganador fue, sin embargo, el Movimiento 5 Estrellas, del cómico Beppe Grillo, que resultó ser el partido en lo individual (sin considerar coaliciones) más votado en la Cámara baja, donde alcanzó 25.5 por ciento de los votos y 109 escaños, mientras en el Senado obtuvo el 23.79 de los sufragios y 54 asientos.

El gran perdedor fue el primer ministro saliente, Mario Monti, quien en la Cámara baja sólo logró el 10.54 por ciento de los votos y 47 lugares; y en la Cámara Alta el 9.13 por ciento y 19 asientos.

Es decir, la hipotizada alianza entre Bersani y Monti en el Senado resultaría inútil, pues sus coaliciones juntas no alcanzan los 158 asientos que permiten gobernar con mayoría absoluta.

Frente a ese cuadro, Bersani reconoció este martes que el Movimiento 5 Estrellas se consolidó como el primer partido del país y descartó una alianza con Berlusconi.

Anunció que presentará ante el Parlamento un programa basado en los temas que interesan al Movimiento 5 Estrellas, como legalidad, moralidad, sobriedad de la política y atención a las cuestiones sociales, sobre el que pedirá el voto de confianza.

También ofreció la presidencia de la Cámara de diputados al Movimiento 5 Estrellas, a lo que, sorpresivamente, Grillo respondió que aunque no busca alianzas, tampoco pretende encerrarse en una torre de marfil. "Nosotros no estamos contra el mundo, evaluaremos reforma por reforma", dijo.

Para los analistas, Bersani ganó perdiendo y Berlusconi (que hasta hace poco era considerado un cadáver político) perdió ganando, pues los resultados de su coalición superaron todas las expectativas, mientras Grillo solamente ganó y ahora está en condiciones de dictar la agenda política.

"Paradójicamente Pierluigi Bersani pierde políticamente aunque haya ganado el premio de mayoría en la Cámara de diputados", opinó el analista Massimo Franco.

Consideró que la opinión pública reaccionó "furiosa y decididamente" a barrer con la Segunda República, mientras Berlusconi "que había llevado a Italia al borde del precipicio financiero, demostró que su época de primer ministro terminó pero que permanece fuerte su capacidad de hablar a la panza del país".

Según el analista Massimo Giannini, en los resultados electorales "prevalecieron los populismos, las fuerzas que invirtieron en la rabia social, descargándola contra Europa y los impuestos y en la demanda de ruptura institucional, lanzándose contra la vieja clase política y la nueva élite tecnócrata".