Quitar subsidios a combustibles ayudaría al combate del cambio climático

México, 30 Abr (Notimex).- En México es indispensable eliminar los subsidios a los combustibles fósiles para facilitar el combate al cambio climático afirmaron especialistas de World Resources Institute (WRI), el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) y la Iniciativa Climática de México (ICM).

En el marco del quinto taller de medios “Por una Agenda Climática con visión de Estado”, la directora ejecutiva de WRI, Adriana Lobo, advirtió que hoy en día los subsidios sólo benefician a quienes tienen poder adquisitivo, pero no favorecen la reducción de emisiones.

Por lo anterior advirtió que ahora más que nunca, se hace necesario trabajar en las políticas tributarias y el uso de instrumentos de mercado disponibles para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).

Al respecto el coordinador de programas del ICM, Carlos Tornel Curzio, advirtió que el actual impuesto al carbono en los combustibles fósiles ha tenido un impacto muy limitado debido a que no refleja de manera acertada el verdadero costo de la degradación ambiental y los efectos en la salud.

Recordó que el impuesto actual, de 70 pesos por tonelada en promedio, no ha logrado modificar el comportamiento de la sociedad y por el contrario se ha incrementado la demanda por los combustibles fósiles.

Además, el impuesto al carbono omite al gas natural y desvirtúa dicha política, por lo que se ha generado una alta dependencia a este carburante por parte del país, hecho que podría costarle caro en el futuro cuando las energías renovables bajen aún más de precio.

Por último, explicó que el impuesto al carbono presenta un serio problema para identificar en qué programas, acciones y proyectos se invierten estos recursos.

Por otra parte, ante la falta de una estrategia para mitigar los impactos de la liberación de los precios de las gasolinas, el gobierno federal ha comenzado a subsidiar de manera indirecta los combustibles, eliminando con ello las capacidades recaudatorias del impuesto.

El director general adjunto de Imco, Manuel Molano Ruiz, explicó que entre 2012 y 2016 el subsidio a los combustibles fósiles era de 1.2 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), y el impuesto de 1.5 por ciento, y fue en ese periodo en que el precio de la gasolina se incrementó 43 por ciento, lo que permitió alcanzar una recaudación tributaria adicional de cuatro por ciento del PIB.

Aunque esta situación benefició a los hogares que menos necesitaban del subsidio, la eliminación de éste sin un adecuado programa de compensación para quienes si lo necesitaban “ha afectado de manera desproporcionada a los hogares más pobres”.

Agregó que es fundamental que la siguiente administración asegure una continuidad a las políticas de liberación de los combustibles fósiles, cuidando que la reinversión de gasto público se haga en programas que beneficien a quienes se ven más afectados por el aumento de precios.