Y es que en los últimos días, hemos escuchado la controversia en torno a la exhibición de la película “ROMA” del cineasta mexicano Alfonso Cuarón en las salas de cine de los complejos mexicanos.
La realidad es que todo se trata de un acierto del modelo de negocio de la empresa estadounidense reina del streaming, que no es la primera vez que pone en jaque a la industria del cine, en numerosas ocasiones Netflix ha enfurecido a las cadenas de cine de todo el mundo por su negativa a estrenar sus películas en las salas, como una estrategia de ofrecerle ese contenido solo a sus suscriptores, esta situación ha llegado al grado de que el cine francés y el festival de Cannes se nieguen a exhibir sus filmes.Pero qué pasa con “ROMA” específicamente. La cinta fue vendida a NETFLIX, cuyo modelo de negocio no contempla la exhibición en salas de cine, y Alfonso Cuarón lo sabía.
Desde el mes de mayo los ejecutivos de CINEPOLIS buscaron llegar a un acuerdo, el monstruo de las salas de cine ofreció hacer un estreno masivo de la cinta en su cadena si se posponía el estreno en la plataforma de streaming y primero se lanzaba en las salas de cine, ofreciendo además donar el 50% de lo recaudado a organizaciones sociales vinculadas a la causa del trabajo doméstico, sin embargo, todo hasta el momento ha sido en vano, todo parece indicar que no habrá negociación que haga desistir a Netflix de posponer el estreno de la cinta el próximo 14 de diciembre como ya se anuncia en su plataforma.
En todo el mundo las películas que se exhiben en salas de cine requieren un período aproximado de 90 días, durante el cual no pueden estar disponibles en otras plataformas o canales, y que se conocen como “ventanas”.
Lo importante de este asunto es que se pone en la mesa si la regulación de las “ventanas” en el cine deben seguir o no. Las plataformas de streaming han cambiado completamente el negocio del cine, pero incluso antes, con la piratería, esa ventana se ha ido cerrando poco a poco. Los estrenos internacionales de las películas ahora se realizan al mismo tiempo, cambiando paradójicamente lo que sucedía en los años 80 que incluso un estreno en México tardaba hasta 6 meses después de Estados Unidos.
Lo cierto es que ninguna empresa está dispuesta a cambiar su modelo de negocio, pues en ello les costaría no solo la esencia del mismo, sino además podrían poner en riesgo otras negociaciones con futuros acuerdos comerciales, afectando sus ingresos económicos.
En el caso de 'Roma', ante la expectativa por la película que fue galardonada con el León de Oro del Festival Internacional de Venecia, Netflix decidió hacer una excepción para cumplir un requisito necesario para competir en los Oscar, por lo que la cinta se proyectará en salas de arte populares, después del fuerte llamado que hiciera Alfonso Cuarón ante la negativa de las salas de cine comerciales de no exhibirla si no se respetan los 90 días en sus carteleras antes de otra plataforma.
El asunto ha salido bien para “ROMA”, pues dejo de ser una película más de las decenas que estrena Netflix cada mes, para ahora ser un filme que todo el mundo quiere ver, ante la controversia comercial, que fue su principal promotor.
Innovar o morir en los modelos de negocio, es la clave para trascender o desaparecer.