Museo del Calendario en Querétaro, testigo del paso del tiempo

24 de Septiembre de 2016
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Querétaro, 24 Sep (Notimex).- El Museo del Calendario de Querétaro, único en su género en el mundo y que alberga más de mil ejemplares de varios países, se erige aquí como un testigo del paso del tiempo, y exhibe el origen de estos instrumentos, la Piedra del Sol y pinturas usadas en los mismos.

Ubicado en una vieja casona del siglo XVII, asentada en el Centro Histórico de la capital queretana, este recinto guarda día tras día, semana tras semana, mes tras mes y año tras año el paso mismo del hombre por el espacio y el tiempo.

El museo se integra por 19 salas, desde los orígenes mismos del tiempo y el espacio, el calendario de otras culturas, el Calendario Azteca en tamaño natural que representa la cosmovisión de los ancestros, hasta la exposición más grande jamás lograda de Jesús Helguera y obras originales de pintores reconocidos de calendarios.

El mágico recorrido culmina con una muestra general de calendarios del siglo XIX hasta nuestros días y apreciarlos desde la óptica artística e histórica, pues a través de dichos documentos se puede conocer los usos y costumbres de cada época.

Así, la primera sala cuestiona de manera lúdica qué son el día y la noche, el tiempo y el espacio; la sala dos ofrece un panorama amplio del origen del Calendario a través de las diferentes culturas; la sala tres ofrece una imponente réplica del Calendario Azteca, y la sala cuatro ofrece un panorama del calendario en México.

“Se trata de una réplica exacta de la Piedra del Sol que se encuentra actualmente en el Museo Nacional de Antropología e Historia. Esta pieza esta tallada en cedro rojo por artesanos del estado de Guanajuato", refirió, en entrevista con Notimex, el director del Museo del Calendario, Ángel Esteva Loyola.

Subsecuentemente el museo ofrece una galería de pintores varios, la obra original de autores como Humberto Limón, Manuel Piña, Antonio Gómez, Jesús Bribiesca, Santiago Sanduri, Ángel Martín Merino, Jesús Helguera y Raúl Pablo Vieyra.

“Al gran pintor de calendarios Raúl Pablo Vieyra le rendimos un homenaje, cuya obra ya fue expuesta en la galería Divus Prager Kabarett, en Praga, con sus portadas para el ‘Libro Vaquero'”, refirió Esteva Loyola.

El recorrido continúa por el tiempo: calendarios de 1890 a 1949 en una sala, así como de 1950 a 1959 en otra y de 1960 a 2011 en otra más. También el recinto dedica un espacio para los calendarios institucionales.

Finalmente hay una sala de sistemas de impresión, donde el visitante recorrerá la historia del calendario a través de las diferentes técnicas empleadas para impresión, del ayer al hoy.

El director mencionó que el nacimiento del Museo del Calendario se dio en 2015, bajo el auspicio de la empresa Calendarios Landín, que a más de 100 años de su constitución ha tenido la finalidad de acompañar el día a día de los mexicanos.

“Como conocedores del tiempo, los impulsores de Calendarios Landín expresan su respeto por la historia y por la preservación de la memoria, pretendiendo saber qué fuimos, comprender lo que somos y aquello en lo que nos transformaremos", añadió Esteva Loyola.

El Museo del Calendario también es una muestra de agradecimiento al pueblo de México, brindando un acervo de la historia del testigo mudo del paso del tiempo, para regocijo de la cultura y la identidad de cada uno de nosotros, finalizó. Por Germán Meneses. Corresponsal

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