Ubaldo Neftalí Sáenz Bárcenas, jefe de Patrimonio Cultural, detalló que es una tradición que ha dejado de fomentarse por las nuevas generaciones; se llama Incendio de Dolores por la gran cantidad de velas que conforman parte del altar.“Hay muchas familias que incluso comentan que nosotros lo poníamos, o mi abuelita lo ponía y lo dejaron de poner; sin embargo la representación permite mostrar el significado del altar de Dolores, que originalmente se llama Incendio de Dolores”, explicó.
La dirección de patrimonio cultural busca exponer el sincretismo, como un intento de conciliar doctrinas distintas, principalmente entre la conquista de los españoles con las costumbres indígenas de la región.
“En ese afán de Cristianizar a los indígenas se infundía hasta cierto punto un temor a las imágenes y eso es una representación clara de lo que pasaba y el respeto que les debían de tener con la intención de convertirlos”, agregó.
Sáenz Bárcenas explica que la tradición del Altar de dolores se remonta al siglo XVI, con el arribo de los primeros evangelizadores con la conquista española; sin embargo fue hasta el siglo XVIII cuando aparecieron relatos de esta celebración y toma presencia en casas, ya que originalmente solo se colocaba en Iglesias y conventos.
“De acuerdo a la tradición se pone un viernes antes del Viernes Santo, son 7 días antes y es un significado de los 7 dolores de la Virgen, por eso tiene un corazón representado con 7 dagas, cada uno es el dolor que está sufriendo por la pasión y muerte de su hijo Jesucristo”, explicó.
De esta manera se representan los 7 dolores de María:
1. La profecía del anciano Simeón: "tu misma alma quedará atravesada por una espada" Lucas 2, 34-36.
2. La angustia provocada por la Huida a Egipto, para evitar que Herodes matara a Jesús.
3. Cuando perdió a su hijo de niño y lo encontró predicando entre los doctores del templo.
4. Al encontrar a Jesús llevando la cruz a cuestas.
5. Cuando asistió a Jesús en su agonía al pie de la cruz.
6. María recibe a Jesús bajando de la cruz.
7. Al ver a Jesús en la sepultura.
Entre otros elementos, el altar cuenta con un presente color morado que representa la preparación o penitencia; el trigo, que significa el cuerpo de Cristo; el color rojo, como la sangre de Cristo; las flores blancas como símbolo de María; agua en distintos colores que representan la esperanza, pureza, calvario, sangre y lágrimas; las velas, Cristo como luz del mundo; la Manzanilla, como signo del alivio del dolor, las coronas cucharilla simbolizan la corona de espinas y las naranjas y banderas, representan el corazón de María y el triunfo sobre el pecado.
“Las naranjas y el trigo germinado también tiene que ver con el comienzo de la temporada de siembra de las cosechas, es como un deseo de bienaventuranza para los sembradíos dese tiempos prehispánicos”, agregó.
Finalmente se detalló que dentro de la tradición, en los hogares donde se expone el altar de la Virgen de Dolores se ofrecía agua de chía, horchata, limón o jamaica; bebida que representaba las lágrimas ante el penar la dolorosa y servía como meditación para la jornada de Semana Santa.