Difundidos este martes, los archivos revelan que los diplomáticos estadunidenses y sus homólogos del Departamento de Estado documentaron decenas de miles de asesinatos entre 1965 y 1966 por parte de militares, grupos paramilitares y milicias musulmanas.
La campaña asesina, que causó la muerte de al menos medio millón de personas aunque la cifra pudo haber sido del doble, fue dirigida contra presuntos miembros del Partido Comunista de Indonesia (PKI) y contra personas de origen chino, sindicalistas, maestros, activistas y artistas.
Las revelaciones, publicadas por el grupo civil de transparencia pública Archivo de Seguridad Nacional, son parte de las casi 30 mil páginas de documentos de la Embajada de Estados Unidos en Yakarta que fueron desclasificados.
En un comunicado, el organismo de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW) urgió al gobierno de Estados Unidos a la divulgación completa de los materiales clasificados sobre los asesinatos en masa ocurridos hace medio siglo en Indonesia.
“Estos documentos recién publicados dejan en claro que los funcionarios estadunidenses tenían un conocimiento detallado de los asesinatos en masa en Indonesia en 1965-66”, dijo Phelim Kine, subdirector de Asia en HRW.
Kine añadió que el gobierno de Estados Unidos debe ahora difundir los documentos restantes, “no solo por el registro histórico de una de las peores atrocidades del siglo XX, sino como una medida largamente pospuesta para comenzar el proceso de reparación a las víctimas”.
En Indonesia, ha habido un aumento reciente en los esfuerzos de los grupos paramilitares e islamistas militantes para avivar la paranoia “anticomunista” en respuesta a los llamados a la rendición de cuentas por los asesinatos en masa.
Los elementos de esos grupos encabezaron una violenta manifestación “anticomunista” en Yakarta en septiembre, mientras el ejército indonesio lanzó una ofensiva de propaganda dirigida a reforzar la versión de que los asesinatos fueron una respuesta justificada ante un intento de golpe comunista.
A partir de octubre de 1965, los oficiales del ejército indonesio, dirigidos por el entonces general mayor Suharto, supervisaron una campaña de asesinatos en masa contra miembros del Partido Comunista con una combinación de soldados y milicias locales para matar a presuntos comunistas.
De acuerdo con HRW, en los meses siguientes fueron asesinadas al menos 500 mil personas, aunque la cifra real puede ser de hasta un millón de víctimas.