Tesoros textiles muestran la dignidad y elegancia de los poblanos

08 de Abril de 2017
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Puebla, 8 Abr (Notimex).- Además de ser el orgulloso poseedor de uno de los trajes más representativos del país, el de China Poblana, el estado de Puebla con la dignidad y elegancia genuina que lo caracteriza, se devela como un cofre lleno de tesoros textiles ávidos de ser admirados.

A pesar de que el vestuario de la China Poblana es el símbolo de la entidad y el traje femenino representativo de la cultura mexicana en el mundo, municipios como Ajalpan, Altepexi, Coxcatlán y Cuetzalan alzan la voz y muestran las joyas artesanales que poseen.

Humildes ante la belleza que irradian, los vestuarios típicos de Puebla se distinguen por tres elementos principales: están hechos de lanas naturales, son pintados con llamativos colores a base de vegetales y cochinillas, y se enmarcan por accesorios como collares, aretes y ornamentos en la cabeza.

En entrevista con Notimex, María Esther Rodríguez Enríquez, directora del Ballet Costumbrista de Puebla, reconoció que el traje de China Poblana es el más emblemático no sólo del estado sino a nivel mundial, el cual asegura, no ha perdido su capacidad de asombrar.

Explicó que actualmente la indumentaria se luce en eventos especiales o fiestas nacionales, pero en un inicio fue el vestido diario de las mujeres indias poblanas. Lo anterior lo sostuvo al mostrar las pinturas que posee en la sala de su casa y que son obras del reconocido artista costumbrista, Agustín Arrieta.
En dichos óleos se puede observar como las mujeres en el mercado, en una pulquería, o acompañadas de su pareja, lucen amplios faldones que cubren sus piernas hasta los tobillos, los cuales acompañan con una fajilla, una blusa blanca y en algunos casos con un rebozo.

Orgullosa de mostrar su preciada colección de trajes poblanos, María Esther enseña una indumentaria de China Poblana que data del siglo XIX y la cual se compone de un faldón azul con detalles en color oro; fajilla en la cintura; blusa blanca; una torera con orilla dorada; un paliacate azul al cuello y una corona de flores sobre la cabeza.

En tanto, una modelo porta otro diseño de este personaje. Ahora, una falda de color rojo estampada con hojas blancas y tela en color dorado en la parte superior; una camisa blanca deshilada; cinturilla y rebozo en tono negro, mientras que en la cabeza, la modelo lleva una corona de flores en color durazno.

Continuando con la exhibición, María Esther saca de un antiguo ropero de madera, el vestuario más conocido de la China Poblana, el que lleva la falda con incrustaciones de lentejuela.

Estas pequeñas decoraciones de plástico, dan forma a diversos objetos en colores brillantes que obligan al espectador a mirar un águila con las alas abiertas sobre un nopal por el frente de la falda, mientras que en la parte trasera, se divisa un calendario azteca, y a los lados unos floreros con alcatraces.

En esta versión del vestuario, la blusa cambió su blanco puro por hermosas flores bordadas en toda el área de los hombros, así como por una pechera en chillantes colores.

Asimismo, la fajilla ahora es un lienzo tricolor como la Bandera Nacional, verde, blanco y rojo, y el ornamento que decora la cabeza de la China Poblana, es un gran moño.
“No es posible comprende estos atuendos si no traemos a la imaginación nuestro pasado; por una parte la tradición indígena, y por otra la tradición española, ambas subsisten luminosamente en modos, costumbres e indumentarias, que han sido conservadas a través del tiempo desafiando a toda innovación”, dijo María Esther.

Entra las posesiones más preciadas de la también directora de la Escuela de Danza del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH), se encuentra el libro titulado “Trajes típicos del estado de Puebla”, único en su tipo y el cual busca dar a conocer estas indumentarias para difundir una imagen real de lo que es el estado.

Al pasar cada una de las páginas de la obra editada por el entonces gobernador Dr. Alfredo Toxqui Fernández de Lara (1975-1981), los bordados de flores de colores y la lana, muestran la belleza textil que ha decidido salir del anonimato para mostrar que Puebla, tiene más riqueza por ofrecer.

Así, la primera indumentaria que se muestra en este ejemplar es la que corresponde al municipio de Ajalpan, que se compone de una falda color azul marino en tela de algodón, con una blusa blanca de seda que está plisada y bordada en los hombros con hilo color azul marino.

Por su parte, el traje de las mujeres de la localidad de Altepexi, perteneciente a la zona de Tehuacán, pese a ser sencillo no deja de ser hermoso porque se integra de tres prendas: falda, blusa y rebozo en tono de la manta cruda.

Además en esta indumentaria, el delicado detalle del bordado en hilo negro que luce el cuello y la manga de la blusa, será el que le de vida a la vestimenta.

Del municipio Coxcatlán, la maestra mostró un típico traje de manta con un huipil bordado en lana roja pintada al natural, ya que al igual que en los trajes anteriores, los elementos naturales y vegetales son aliados para obtener los colores con los que habrá de pintar la lana para la ropa.

Por ello, una franja bordada color rojo luce en la pechera del huipil, mientras que figuras geométricas hacen lo propio en las amplias mangas del ropaje. En la cabeza, el rebozo combinado a dos tonos, adorna a la portadora del exquisito traje.

Popular entre los demás vestuarios poblanos, la vestidura que distingue a las mujeres de Cuetzalan, en la región de Teziutlán, a parte del vestido de la China Poblana, se compone de un faldón de lana negra o de manta cruda que no tiene pretina porque se debe plisar al frente para formar un tableado.

La blusa es blanca y se cubre con un quesquémetl, prenda que deja un pico al frente y otro por detrás como si fuera un jorongo pequeño. Asimismo, se adereza con hermosos collares multicolores que se sujetan con listones de varias tonalidades que cuelgan sobre la espalda.

Mientras que la cabeza de la bella portadora se cubre con un copete que tejen con su propio cabello y largos listones, en la mayoría de los casos con cintas de color rojo. Además sobre éste, se coloca un pequeño velo blanco de algodón deshilado.

A su vez, el ropaje que distingue a las mujeres de la región de Cholula presume un fino bordado no solo en la blusa, sino también en un sobrepuesto en la falda negra, cabe destacar que pocos trajes incluyen esta prenda que combina con el bordado de la blusa blanca decorada con hilo rojo.

En tanto, la falda en tela oscura luce un fino dobladillo también en hilo rojo para ponerse a tono con el sobrepuesto el cual asemeja un mandil.

Al seguir hojeando el libro, aparece el vestuario típico de Hueyapan, el cual incluye un hermoso rebozo negro de lana bordado en punto de cruz a lo largo y ancho del mismo con hilos de intensos colores, los cuales dan forma a figuras que simulan flores, frutos y aves.

La prenda de abajo es una falda negra de tablones, cuyo bies en tonalidad roja hace juego con la cinturilla y la parte superior de la blusa.

Por otra parte, la maestra María Esther una apasionada de la danza y del folclor mexicanos, expuso que las prendas de las mujeres poblanas son más vistosas por sus bordados, colores y adornos, pero los hombres también tienen elegantes trajes, aunque son más austeros.

Un hombre poblano puede ataviarse con pantalón de charro o de manta, camisa blanca de manga larga en tono blanco, una torera en tono oscuro o jorongo de lana, paliacate rojo y sombrero, dijo.

Con este repaso a los tesoros textiles ocultos de Puebla, se hace más evidente porqué al observarlos es inevitable no decir que pocos trajes tienen la suntuosidad y al mismo tiempo la serenidad del traje autóctono poblano.

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