Periodista chiapaneca deja huella en México y el extranjero

05 de Marzo de 2015
Tuxtla Gutiérrez, 5 Mar (Notimex).- Elva Narcia Cancino, oriunda de Comitán, una periodista que ha triunfado en México y en el extranjero, regresó a su natal Chiapas a crear su empresa, Glifos Comunicaciones, después de recorrer varias naciones donde dejó huella.

Como parte de su trabajo, la especialista en comunicación promueve la participación de la mujer en la vida política y social del país.

En 1983, cuando cursaba la preparatoria en esta capital y el gobierno estatal estaba a cargo del general Absalón Castellanos Domínguez, comenzó a incursionar en el periodismo, primero en la televisión de gobierno del estado, en el programa de noticias Chiapas Hoy.

Después de un año en la televisión local, decidió dedicarse al periodismo “free lance”, se inscribió en el Instituto Tecnológico de Monterrey, Campus Chiapas, lo que le permitió compartir tiempo entre la escuela y el periodismo en el diario La Voz del Sureste.

Cuando iba a la mitad de la carrera de comunicaciones obtuvo una beca de excelencia académica, lo que le permitió quitarse un poco la presión de los pagos de la colegiatura, pero aun así siguió escribiendo a nivel local.

Después se incorporó a la jefatura de análisis e información del Instituto de Seguridad Social para los Trabajadores del Estado de Chiapas.

A sus 18 años, su entusiasmo de querer salir adelante le permitió estudiar y trabajar y al terminar la carrera siguió con la maestría, becada por el mismo instituto.

Para Narcia Cancino estudiar la maestría en Monterrey le permitió adquirir experiencia y perder el miedo, razones que la llevaron al extranjero, primero a Noruega.

Gracias a un programa de intercambio profesional estuvo en Oslo, donde trabajó en el Centro Antirracista en un programa de radio dirigido a los inmigrantes, sobre todo chilenos.

Tras algún tiempo fundó su propio programa en la Universidad de Oslo, donde le dieron la oportunidad de una hora diaria y fue el único programa que no era en el idioma noruego y que poco a poco comenzó a tener gran aceptación.

El programa se distinguía por la música latinoamericana, también noticias, hablaba de cultura y arte.

Luego de varios años, Elva volvió a Chiapas, dio cobertura al movimiento zapatista desde el 1 de enero de 1994 para agencias internacionales de Londres, de Estados Unidos y Alemania.

En 1996 volvió a la BBC de Londres, estuvo como reportera en programas transmitidos en español y después en programas en inglés interactivos e incluso participó en la coordinación del sistema análogo al sistema digital y capacitó a periodistas.

Narcia Cancino narró que después de 15 años en Inglaterra viajó a Oaxaca, donde un semestre dio clases en la Universidad del Mar. Luego fue contratada por una agencia de noticias para viajar a Afganistán, donde laboró casi tres años coordinando programas de desarrollo internacional vinculados a comunicación.

Pakistán, Etiopía, Sudán del Sur la esperaban años después, Elva regresó a su estado natal hace poco más de un año y fundó su propia empresa, Glifos Comunicaciones.

A sus 48 años se dice “muy afortunada por la vida, por Dios, su familia, amigos y lo hecho”.

Afirma que tiene deseos de seguir triunfando y dejar huella, pues se considera una mujer inquieta con muchas energías, y agrega que su estancia en el extranjero, donde dice que el mundo es muy extraño, le permitió aprender el inglés, noruego, persa y árabe.

Refiere que a veces la adaptación no es fácil, aunque se facilite el trabajo, aunque presume que es adaptable, aprende rápido del lugar donde está, pero “extraña mucho la familia, la comida, el país, los amigos, aunque una de las claves para el éxito es hacer del lugar donde estés tu hogar”.

Narcía Cancino comenta que “se trata primero de hacer amigos, no dejo de reconocer que el proceso de adaptación haya sido difícil, hay lugares donde el ser humano se siente muy solo, más como mujer, hay ambientes bastantes hostiles, sobre todo en el desempeño femenino”.

De Afganistán, reconoce que le fue mucho más difícil, “la sociedad es muy cerrada, es muy difícil para los hombres aceptar la autoridad de una mujer”.

Opina que ser directora de proyectos hacia sentir muchos celos a los hombres “sin embargo, había que aprender a moverse en ese mundo complicado y fomentar el respeto y el trabajo en equipo, el diálogo, no la manipulación”, dice.

En sus recuerdos tiene presente que su familia “fue en todo momento mi gran impulso”, aunque confiesa que cuando se fue a Afganistán tenía mucho miedo de que sus padres se enteraran, sobre todo por ser adultos mayores y “porque hablar de ese país es hablar de bombas, ataques suicidas”.

“Lo que se necesita cuando el ser humano esta tan lejos y tan solo es mucha fuerza de la familia. Una llamada telefónica, un mensaje, era más que suficiente para inyectar fuerzas, ánimo, o cuando se recibe de alguien algún recado de la familia, es mucha fuerza, mucha energía”, recalca.

Ahora con su empresa pretende ser “un medio para el cambio social, moverse del periodismo diario, del reportero a lo que es el activismo, razón por la que desde hace un año promuevo la participación de la mujer en la vida política y social del país”.

En el Congreso local, Elva montó una exposición fotográfica de mujeres que han participado en la vida política y social de Chiapas, como una forma para rescatar experiencias e invitarlas a reflexionar sobre la importancia del sector en la toma de decisiones.

Se trata, sigue, de “promover plataformas de diálogo, reflexión y participación; estimular el pensamiento y a la conversación”.

“Las mujeres tienen que dialogar sobre sus funciones, desde las niñas, estudiantes, jóvenes, adultas, para ello la herramienta de la comunicación será fundamental”, sostiene.

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