Mirar al sur, responsabilidad de México como vecino de Guatemala

28 de Mayo de 2018
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México, 28 May (Notimex).- El imaginario nacional de que “la frontera” ha sido tradicionalmente sinónimo de los límites de México con Estados Unidos, impideatender los problemas que existen en la frontera sur, afirmó Beatriz Zepeda, del Centro de Investigación en Ciencias de Información Geoespacial (CentroGeo).

La doctora en etnicidad y nacionalismo por la London School of Economics and Political Science comentó que la gran dimensión del vecino del norte y la intensidad de la relación bilateral, “nos pasa factura como país, pues nos ha impedido comprender las múltiples dimensiones de nuestras relaciones con Guatemala”.



La frontera entre México y Guatemala se extiende a lo largo de 963 kilómetros; de éstos, 574 son terrestres y 389 están marcados por los ríos Suchiate y Usumacinta.




Chiapas, Tabasco y Campeche son los estados mexicanos que colindan con los departamentos guatemaltecos de San Marcos, Huehuetenango, Quiché y Petén y, en conjunto con éstos, conforman la región fronteriza México-Guatemala.

Por su misma extensión, esta región tiene una gran diversidad geográfica y demográfica, por lo que también se registran procesos sociales que atraviesan la línea divisoria entre los dos países.

La especialista del CentroGeo, a través de un comunicado difundido por este centro, comentó que la sección más occidental, en la que se ubican el Soconusco del lado mexicano y el departamento de San Marcos, del lado guatemalteco, se caracteriza por una integración que existe entre las sociedades y economías de ambos lados de la frontera y que es producto de vínculos históricos.

El río Suchiate que atraviesa esta zona, lejos de ser una frontera que separa, representa un medio de comunicación y transporte para personas y mercancías en su constante ir y venir transfronterizo, agregó.

“La frecuencia y la facilidad con las que desde siempre la población fronteriza en esa parte de Guatemala ha cruzado la frontera, aunada a la dificultad –o al desinterés– de ejercer un verdadero control por parte de cualquiera de los dos Estados, ha generado un significativo mercado informal, que hoy por hoy se constituye en el corazón de la economía local”, señaló la experta en su artículo.

De igual manera, el constante paso de habitantes de un lado y otro de la frontera por cruces irregulares para realizar sus actividades diarias, ha dado lugar a un corredor ahora muy socorrido por personas centroamericanas en tránsito hacia Estados Unidos.

La zona fronteriza conformada por los estados de Chiapas, Tabasco y Campeche, del lado mexicano, y el departamento de Petén, del lado guatemalteco, Beatriz Zepeda enfatizó que es una zona que se distingue por su geografía selvática, la baja densidad de población y una escasa presencia de las instituciones estatales.

Estos factores, advirtió, han hecho de esta zona un territorio en disputa, que actualmente reclaman actores del crimen organizado en ambos lados de la línea divisoria.



“Madera ilegal, especímenes de flora y fauna silvestre, piezas arqueológicas, drogas y personas son mercancías que, cada vez con mayor despliegue de violencia, traficantes de ambos países pasan de un lado al otro de la frontera en su camino al norte”, aseveró.




La también coautora del libro “Guatemala: fronteras y mercados ilegales en la era de la globalización” dijo que mirar al sur significa trascender la visión de la frontera México-Guatemala como una frontera problemática.

En su opinión, esto implica entender la región en su complejidad y sus matices, así como a su diversidad y aprovechar su potencial. “Mirar atentamente al sur obliga al Estado mexicano a hacerse presente con programas de desarrollo y políticas públicas diseñadas a partir de las distintas realidades locales que se despliegan en la frontera”, aseveró.

Mirar al sur supone, finalmente, que México deje de concebirse como el vecino sureño de Estados Unidos y asuma su responsabilidad como vecino de Guatemala.

El CentroGeo pertenece al sistema de centros públicos de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).

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