En un blog, la dependencia señaló que la coalición es una asociación voluntaria de gobiernos, empresas, instituciones científicas y organizaciones de la sociedad civil que llevan a cabo diversas acciones para disminuir esos contaminantes.
Se trata de sustancias con una vida relativamente breve en la atmósfera; los principales son el carbono negro (hollín), el metano y el ozono troposférico, caracterizados como los que más contribuyen al cambio climático después del dióxido de carbono (CO2).
Muchos hidrofluorocarbonos (HFC) son potentes gases de efecto invernadero y también se clasifican como contaminantes de vida corta, los cuales si no son controlados podrían ser los responsables de casi 20 por ciento de la contaminación climática en 2050.
La coalición considera que si se toman medidas rápidas y generalizadas para reducir estos tóxicos, es probable que puedan bajarse las emisiones de metano en 25 por ciento y carbono negro en 75 por ciento, así como eliminar los hidrofluorocarbonos de alto potencial de calentamiento global por completo en los próximos 25 años.
Esta alianza climática la integraron en 2012 los gobiernos de Bangladesh, Canadá, Ghana, México, Suecia y Estados Unidos, además del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, para apoyar en los rubros de clima, salud pública, eficiencia energética y seguridad alimentaria.
Las acciones que realiza incluyen capacitación y fortalecimiento institucional, campañas de concientización, cofinanciamiento y financiamiento, desarrollo de recursos y herramientas para el conocimiento.
La reducción de los contaminantes climáticos de vida corta mantiene abierta la puerta de los dos grados centígrados y al ayudar a resolver el problema climático ofrece además efectos positivos en la producción de comida y en la salud de las personas.