México, enero (SEMlac).- El año que concluyó tiene un lugar en la historia mexicana: una mujer asumió el cargo político más importante, la presidencia de la República, con la morenista Claudia Sheinbaum Pardo, completándose así algo nunca visto: tres mujeres presidiendo los tres poderes del Estado mexicano: Sheinbaum en el Ejecutivo; Norma Piña en el Judicial y Efigenia Martínez en el Legislativo.
Con Sheinbaum en la presidencia se planteó, desde los primeros minutos del 3 de junio pasado al conocerse los resultados preliminares de la jornada electoral del 2 de junio, un viraje a la hegemonía que durante 503 años habían mantenido los hombres.
En el ambiente, un nuevo aire soplaba de norte a sur y de este a oeste en todo el país: por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa Nación. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas, dijo en su primer discurso.
Este 2024, sin duda, ha sido un año emblemático, también por primera vez, dos mujeres con posibilidades reales de ganar la presidencia de México estuvieron en la contienda electoral, Sheinbaum Pardo y Xóchitl Gálvez Ruíz, con cerca de 10.000 buscando un puesto en todo el país.
La expectativa se centró en sus propuestas hacia las mujeres y la descalificación de que ambas tenían detrás a hombres con poder. Incluso el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación determinó, días después de las elecciones que el entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cometió violencia política en razón de género (VPRGM) en contra de la candidata opositora, también una novedad.
Sí, fue la elección más grande de toda la historia mexicana en la que se disputaron más de 20.000 cargos de elección popular, más de la mitad encabezados por candidatas en ámbitos electorales federal, estatal y municipal. Pero también una de las más violentas, cuando se observa un aumento de VPRGM en espacios digitales y en medios de comunicación.
Hoy mujeres, mayoría del partido de estado, encabezan los gobiernos de 13 entidades de la República, pero 10 de ellas ni siquiera han publicado el plan de igualdad a que están obligadas. Las mandatarias estatales pasaron de dos en 2018, a 13 en 2024, además de conquistar ocho de 16 alcaldías en la Ciudad de México, nueve capitales y 14 ciudades estratégicas.
Los claroscuros de la presidenta
Muy cerca de los primeros 100 días del gobierno de la presidenta Sheinbaum Pardo sigue resonado su frase emblema: llegamos todas.
Tres aspiraciones que se han concretado en el andamiaje legislativo: la igualdad sustantiva, la igualdad salarial y la erradicación de la violencia de género contra las mujeres, modificaciones ya inscritas en seis artículos constitucionales (4, 21, 41, 73, 116 y 123). Aunado a su reciente anuncio, que 2025 será el Año de la Mujer Indígena, inclinarían la balanza hacia un optimismo sobre el futuro.
Sin embargo, hay hechos que hacen pensar lo contrario, como los recortes en el presupuesto federal proyectados para 2025, que impactarán en la política de género del Gobierno de Sheinbaum. Reducir la desigualdad de género entre hombres y mujeres (Anexo 13: promover la igualdad entre mujeres y hombres, erradicar la violencia de género y erradicar la discriminación) representa apenas un 5,2 por ciento de todo el Presupuesto de Egresos de la Federación 2025, que aumentó 9,5 por ciento respecto a 2024.
El problema es que la gran parte de ese presupuesto de 479 mil millones de pesos (más de 23.217 millones de dólares), se destinará a programas sociales del Gobierno, como la Pensión para Adultos Mayores, que la presidenta ha ampliado a mujeres de 60 a 64 años, y las becas universitarias Rita Cetina y Benito Juárez, como ha denunciado la Red Nacional de Refugios (RNR).
El estudio hecho por el Centro de Análisis e Investigación Fundar y la RNR sostiene que el presupuesto es menor en 4,3 por ciento para el Programa de Apoyo para Refugios Especializados para Mujeres Víctimas de Violencia de Género, sus hijas e hijos, unos 21 millones de pesos (cerca de un millón 18.000 dólares), porque no se consideró la inflación. De esta forma, han dicho ambos organismos, continúa la tendencia de reducir el gasto para programas establecidos en el Anexo 13.
Un refugio, dice Wendy Figueroa Morales, directora de la RNR, es un derecho humano de las mujeres víctimas de violencia machista, quien en agosto pasado advirtió sobre el aumento de ingresos de mujeres y sus familias a refugios, principalmente en la Ciudad de México, Morelos, Chihuahua, Coahuila, Oaxaca y Estado de México.
En esos primeros meses del 2024 más de 9.000 mujeres y familias habían sido protegidos de sus violentadores y, pese a sendos llamados hechos cuando era candidata y ya como presidenta, estos no fueron escuchados.
Y como "llegamos todas" los símbolos siguen reproduciéndose porque dan buenos resultados: 2025, el Año de la Mujer Indígena, quienes estarán representadas por la mexica Tecuichpo-Ixcaxochitzin, Flor Blanca- Flor del Señor Moctezuma (n.1509 o 1510). La maya Tz'ak-b'u Aha, conocida como "la Reina Roja"; la mixteca Señora 6 Mono (Señora mixteca de Huachino), y la tolteca: Xiuhtzatzin (Flor de la tierrita tolteca).
Las críticas no se han hecho esperar, ya que las cuatro mujeres que en su momento tuvieron poder político, religioso o cultural, han sido dibujadas de acuerdo con la imaginación de algún creativo y también por la desigualdad que persiste entre los pueblos indígenas, que se recrudece por su condición de género en las mujeres y la sorda lucha que han emprendido en la defensa de sus territorios y recursos naturales ante la imposición de proyectos neoliberales como minas, trasvases, megaproyectos y trenes, y la consecuente mayor presencia de militares y cuerpos de seguridad y también de grupos del crimen organizado que ha roto su estabilidad social.
2024, el año del milagro mexicano
Una idea permea: el borrado del feminicidio, considerado un crimen de Estado, se aprecia a partir de la reducción abrupta de casos clasificados como feminicidios en la última etapa del sexenio anterior, lo que se iba a decir, terminó oculto entre homicidios dolosos y culposos que, en contraste, aumentaron durante ese mismo período. Data Cívica, por ejemplo, sostuvo que el feminicidio aumentó 34 por ciento.
El 2024 (de enero a noviembre), año del cierre del López Obrador y el inicio de la Presidenta, es el año del milagro mexicano. De acuerdo con las estadísticas oficiales, fue el más bajo desde 2018 a la fecha, con 733 casos clasificados como feminicidios. En 2018 se contabilizaron 899; en 2019 sumaron 944; en 2020, 947; en 2021, el más alto del sexenio, fueron 982 admitidos como feminicidios; en 2022, 961; y en 2023, 833.
Las otras violencias contra las mujeres pasan por la presencia del crimen organizado, como sucede en Sinaloa y en Chiapas. En la llamada narcoguerra en Culiacán, Sinaloa, que se inició el pasado 9 de septiembre, han sido asesinadas 19 mujeres, siete de ellas entre noviembre y diciembre.
En tanto, en Chiapas, las mujeres indígenas viven el impacto del desplazamiento forzado y algunas de ellas también han sido víctimas de los enfrenamientos entre grupos delictivos y elementos de seguridad nacional. La migración al sur del país y la presencia de estos grupos delictivos ha incrementado el riesgo para las mujeres, los castigos por buscar el sueño americano van desde la violencia sexual, el secuestro y la extorsión, pero nadie se salva. Muchas migrantes quedan atrapadas en el trabajo sexual en centros de divertimiento que hay entre Chiapas y Guatemala.
A una mayor cantidad de armas, más violencia contra las mujeres. Aunque no se conocen los datos del 2024 aún, lo cierto es que, de acuerdo con Data Cívica, en los últimos 20 años, entre 2003 y 2023, el incremento de asesinatos contra mujeres "en general" aumentó un 127 por ciento. Su hipótesis es que este aumento está vinculado a la violencia generalizada. El 61,3 por ciento de esos hechos violentos se cometieron con armas de fuego.
Aborto legal, pero sin recursos
En 2007, cuando se despenalizó el aborto en la ciudad de México, y hasta este 2024, 18 entidades del país han despenalizado el aborto. Son 17 años de lucha para las nuevas generaciones de jóvenes impulsadas por la ola feminista de sus ancestras.
Este 2024 ha sido el año donde más estados han hecho realidad la despenalización de la interrupción legal del embarazo, para un total de seis: Jalisco, Puebla, Michoacán, Zacatecas, Estado de México y Chiapas.
Al mismo tiempo, en Oaxaca, la segunda entidad en despenalizar el aborto en 2019, el Frente por los derechos sexuales y reproductivos en la entidad denunció este mes que el gobierno del estado, bajo la administración de morenista Salomón Jara Cruz, no asignó recursos a los Servicios de Salud de Oaxaca para su implementación. Entre 2023 y 2024, la disminución del presupuesto fue del 64 por ciento.
Considerando los recortes en salud, en general, se han disminuido los recursos para salud sexual y reproductiva, en todo el país. Así el derecho a la ILE, está acotado.
El 2024, el año en que llegamos todas, se fue arrastrando los pendientes sin resolver de las mexicanas.