Ciudad de México, 27 sep (EFE).- Miles de mexicanos marcharon este domingo por el centro de la Ciudad de México para exigir el esclarecimiento de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en el sureño estado de Guerrero, cuando se cumplen siete años de los hechos.
Como cada año desde entonces, la manifestación arrancó en el emblemático Ángel de la Independencia de la capital encabezada por los padres y madres de los jóvenes y transcurrió por el centro de la ciudad con destino a la plaza del Zócalo, donde se levanta el Palacio Nacional, sede presidencial.
Antes de partir, un sacerdote ofició una misa en recuerdo de los desaparecidos, cuyos rostros estaban impresos en las pancartas que llevan sus familias.
La manifestación transcurrió entre cánticos como "Vivos se los llevaron, vivos los queremos" y algunas pintadas en el mobiliario urbano, aunque sin dejar daños mayores.
Frente a un monumento con el símbolo "+43" instalado años atrás, familiares y estudiantes corearon los nombres de los desaparecidos.
En este punto, uno de los familiares recordó a los tres padres de familia que ya han fallecido sin saber qué ocurrió con sus hijos.
"En memoria de ellos vamos a exigir justicia y vamos a seguir caminando hasta dar con el paradero de los 43 estudiantes", dijo.
Un mensaje que suscribió otro de los padres: "Los que estamos aquí no vamos a dar un paso atrás hasta saber la verdad. Si tenemos que morir, tenemos que morir, peor de pie y exigiendo justicia por nuestros hijos".
La desaparición de los 43 estudiantes cumplió este domingo siete años, tiempo en el que solo tres de los jóvenes han sido identificados y el responsable de la investigación en el Gobierno anterior, Tomás Zerón, se encuentra prófugo en Israel.
Según la polémica versión del Gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018), los 43 estudiantes de la escuela para maestros de Ayotzinapa fueron detenidos la noche del 26 de septiembre de 2014 por policías corruptos en Iguala (Guerrero) y entregados al cártel Guerreros Unidos, que los asesinó e incineró en el basurero de Cocula y tiró los restos en un río cercano.
Pero este relato, conocido como la "verdad histórica", fue cuestionado por los familiares y por una investigación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que señaló que los cuerpos no pudieron ser quemados en ese lugar.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador reabrió el caso en 2018 y derrumbó definitivamente esta versión al identificar restos no calcinados de dos de los estudiantes, Christian Rodríguez en 2020 y de Jhosivani Guerrero en junio pasado, ambos en la barranca de la Carnicería, fuera del basurero.
Estas dos identificaciones se suman a la de Alexander Mora, cuyos restos fueron hallados en el río en 2014.
En una reunión el pasado viernes, López Obrador explicó a los padres que pidió a Israel la extradición de Tomás Zerón, artífice de la "verdad histórica", mientras que las familias criticaron el desdén que perciben por parte de la Fiscalía y el Ejército para esclarecer lo sucedido.