López Obrador y el uso de los 100.000 muertos contra la amenazada prensa

20 de Noviembre de 2020
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México, 20 nov (EFE).- Lejos de dar el pésame por los 100.000 muertos de la covid-19, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reflexionó este viernes sobre el supuesto sensacionalismo de la prensa durante la pandemia y arremetió de nuevo contra ella en el país con más periodistas asesinados del mundo.

"Tristemente, los ataques contra la prensa, contra los medios de comunicación y contra los periodistas se han convertido ya en la norma y no en la excepción en las conferencias matutinas de López Obrador", dijo este viernes a Efe Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

Los 100.104 decesos por coronavirus en México protagonizaron hoy las portadas de los principales medios.

Una trágica cifra que ha dado pie a crónicas, entrevistas y reportajes especiales que exponen el dolor de millones de familias por la pandemia.

Pero el presidente de México comenzó su tradicional conferencia matutina homenajeando una de sus efemérides nacionales favoritas, la Revolución mexicana, de la que este 20 de noviembre se conmemoran 110 años.

El punto de inflexión lo marcó una pregunta sobre la visita esta semana de la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, en la que declaró a la prensa que España participará el próximo año en la conmemoración de los 200 años de la independencia de México pero no planea pedir disculpas por la conquista, como lo ha solicitado el mandatario.

"El poder es humildad, no es arrogancia, pero cada quien es libre de manejar su política exterior", apuntó el mandatario, en una reflexión que, pese a los lazos tendidos por González Laya en su reunión con varios ministros mexicanos, pareciera dinamitar todo acercamiento con el Ejecutivo.

EL ATAQUE A LA PRENSA
La pregunta sirvió al presidente para arremeter, en primera instancia, contra el diario El País, quien publica un especial titulado "100.000 muertos en México por el coronavirus: radiografía de un país roto".

"Un periódico que, en los últimos tiempos, durante el periodo neoliberal, se dedicó a proteger a las empresas españolas que recibieron un trato especial en México en los gobiernos anteriores, y ahora están molestos con nosotros porque México no es tierra de conquista", dijo.

A esto le siguió una larga disertación sobre la buena gestión de la pandemia en México si se compara con otras naciones como España, pero sobre todo incidió acerca del papel de la prensa por hablar de los 100.000 muertos.

Tachó a la oposición y a los medios de "zopilotes" (un ave carroñera) y de "pasquines" (panfletarios), y a continuación proyectó el artículo del medio español en pantalla y lo calificó de "monserga".

Finalmente, divulgó un mensaje de un usuario de Facebook porque su opinión le gustaba: "Hay que tener los huevos muy azules para llamar a otro país 'roto' con la que les está cayendo a ustedes", dijo este ciudadano mexicano en referencia al impacto en España de la pandemia.

UN GREMIO EN CONSTANTE PELIGRO
México es uno de los países más peligrosos para el ejercicio del periodismo en el mundo.

Según Reporteros Sin Fronteras, diez periodistas fueron asesinados en 2019 en el país, la cifra mas alta en el mundo junto con Siria, en guerra, y seguido de lejos por Afganistán con cinco.

Y de acuerdo con la ONG Artículo 19, del 2000 a la fecha se han documentado 136 asesinatos de periodistas en México.

Hace menos de un mes, asesinaron a tres reporteros en diez días, uno de ellos mientras cubría el hallazgo de cadáveres en Guanajuato.

"El hecho de que un jefe de Estado genere un ambiente de animadversión contra la prensa, teniendo como telón de fondo este nivel de violencia (...) podría generar un ambiente de permisividad" para que esta se "siga perpetrando", dijo a Efe el director regional de Artículo 19 para México y Centroamérica, Leopoldo Maldonado.

Para Maldonado, que recordó que en México hay una agresión contra periodistas cada 11 horas, este encono presidencial, lejos de alimentar un sano debate sobre el papel de la prensa, solo reforzaría la "espiral de violencia" que padecen los periodistas y busca "anular al mensajero".

"Los desmedidos ataques, señalamientos, acusaciones y estigmatización son situaciones que ponen un condicionante a un ambiente de altísima violencia y vulneración de los derechos humanos en los periodistas", agregó Guevara-Rosas.

Para la representante de Amnistía, el ataque a la prensa de este viernes tenía un propósito, desviar la atención sobre los 100.000 muertos oficiales de coronavirus: "Lo que uno esperaría de un Gobierno es que muestre un plan de acción y medidas para prevenir que se sigan sumando más muertes".

DESPLAZADO Y AMENAZADO
Los reclamos sobre el trato que el presidente da a la prensa no solamente provienen de organismos internacionales.

Gildo Garza, que huyó de su natal Tamaulipas amenazado por el cártel de los Zetas, es fundador y presidente de Periodistas Desplazados y Agredidos.

"La cabeza (el titular) sería 'López Obrador no quiere periodistas, quiere propagandistas'" que "le aplaudan".

Por ello incentiva un "discurso de odio" hacia la prensa, explicó a Efe, y recordó que la prensa no es "enemiga" del presidente.

Garza mostró su gran preocupación por la reciente eliminación de 109 fideicomisos públicos, una decisión que afectará el apoyo que recibía él, como comunicador reconocido por el Estado mexicano en peligro, a través del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.

"Con la desaparición de los fideicomisos estamos al punto de que nos den un balazo a muchos en la frente, en la sien", concluyó.

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