México, febrero (SEMlac).- Como intento de feminicidio quedó aprobada el pasado jueves, por unanimidad, en el Congreso de la Ciudad de México, la Ley Malena.
Se nombra como Ley Malena por la saxofonista María Elena Ríos, quien sufrió un ataque con ácido en 2019 y se convirtió en una de las principales activistas contra este tipo de violencia.
Durante la votación, la saxofonista María Elena Ríos estuvo presente y declaró: "desde la Edad Media y hasta el día de hoy, a las mujeres nos siguen quemando como brujas", refirió en un comunicado el Congreso capitalino.
Se modifica la Ley de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia al agregar la violencia ácida como un nuevo tipo de agresión, se reforma el Código Penal local para que los ataques con alguna sustancia química sean castigados con una pena de entre ocho y 12 años de prisión.
El dictamen fue presentado por las Comisiones Unidas de Género y la de Administración y Procuración de Justicia y aprobado por unanimidad en el pleno. Señala que las penas aumentarán en una mitad cuando se causen deformaciones en el rostro, haya daño en órganos o en los casos de que la víctima sea niña, niño, adolescente o persona con discapacidad.
Además, la Secretaría de Salud estará obligada a remitir, en un plazo no mayor a los 90 días y en coordinación con otros elementos del Estado, la información y estadísticas correspondientes sobre las personas atendidas en caso de violencia por ataques con ácido, sustancias químicas o corrosivas.
El Estado deberá formular una política pública de atención integral a las víctimas
En conferencia de prensa, la diputada morenista e impulsora de la iniciativa, Marcela Fuente, aseguró que la CDMX logró posicionarse como una ciudad de "avanzada" en la materia, ya que la misma establece los ataques con ácidos o corrosivos como "tentativa de feminicidio y no como lesiones".
Refirió que existe muchísima impunidad, porque a las mujeres que se las atacan con ácido no se les hace justicia, lo que comenzará a cambiar a partir de los próximos meses.
La coordinadora del grupo parlamentario de Morena, Martha Ávila, se dijo convencida "de que es un logro que replanteará en el futuro la manera en que las mujeres se enfrentan a casos de violencia ácida, porque hasta ahora se habían enfrentados a autoridades insensibles y corruptas que no prestaban la debida importancia estos atentados motivados por la misoginia".
"No podemos permitir que los vacíos legales revictimicen a las mujeres y las coloquen en un resigo permanente que haga peligrar su vida y favorezca la impunidad de los agresores. Es nuestro deber atender esa violencia feminicida y que juntas encontremos caminos de justicia".
En Oaxaca, la Ley Malena fue aprobada en marzo del 2020 y se castiga con hasta 40 años de cárcel a quien ataque con ácido a una mujer.
En Puebla se aprobó en marzo del 2023 y el pasado 29 de enero, fue aprobada también en el Congreso de Baja California.
No se tiene un dato exacto de cuántas mujeres han sido atacadas, hasta marzo de 2023 se tenía el registro de 39 mujeres que sufrieron ataques con ácido, porque las víctimas denunciaron. Sin embargo, hay otro tipo de agresiones similares. En 2022 se registraron 105 casos, pero con otras sustancias corrosivas, de los cuales únicamente se interpusieron 28 denuncias ante el Ministerio Público, según datos de la Fundación Carmen Sánchez.
El objetivo es que la Ley Malena pueda aplicarse en todo el país
En opinión del abogado Arturo Cossío Zazueta, director del Seminario de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la UNAM, la Ley Malena podría ayudar a reducir la impunidad, porque habría una norma más específica; sin embargo, también es necesario que haya medidas preventivas que puedan ayudar", señaló el 9 de marzo del 2023 en la Gaceta UNAM con motivo de la aprobación de esta Ley en Oaxaca.
Explicó que la Ley Malena se está promoviendo para castigar, de forma específica, la violencia ácida, y de esta manera lo quieren plantear en la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. La idea es que siendo una ley general pueda aplicarse en todas las entidades y niveles de gobierno. Así, se tendría una regulación en la que estarían previstos estos casos en todo el país, afirma.
Rosalba Cruz, abogada de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, afirma que es importante la iniciativa de la Ley Malena porque el ejercicio de la violencia machista, que trae consigo la misoginia y el odio hacia las mujeres, se ha ido sofisticando.
Precisó que los ataques con ácido ponen en riesgo la integridad corporal y la salud psicoemocional de las víctimas, porque "estas agresiones deforman y provocan afectaciones como: traumas psicológicos graves, alteraciones en los órganos y la pérdida de la funcionalidad anatómica".
María Elena Ríos
"A mí me quisieron matar y sobreviví de milagro", así describe María Elena Ríos lo que vivió en septiembre de 2019 en Oaxaca, cuando sufrió un ataque con ácido.
Originaria de Santo Domingo Tonalá, Oaxaca, es estudiante de música en la UNAM y se dedica a hacer activismo para ayudar a otras mujeres que también sufren violencia.
Elena ha sufrido revictimización por parte de las autoridades y añade que la reinserción social ha sido su motivación ante esta agresión que le cambió la vida.
La cuestión médica no ha cesado para la saxofonista oaxaqueña, pues ha tenido que someterse a diversos tratamientos reconstructivos, procesos psicológicos, psiquiátricos y dermatológicos.
Desde junio de 2022, la joven no cuenta con tratamientos porque las autoridades decidieron suspenderlo, luego de que se manifestara de forma pacífica en la Guelaguetza, en Oaxaca, y más de 20 elementos policiacos la sacaran del evento.
La saxofonista sigue en lucha a pesar de que está amenazada de muerte, considera que mantenerse en el ojo público es como se han mantenido ella y su familia vivos.
Señala que su caso ha sido obstaculizado, debido a las conexiones políticas que su atacante tiene.
La saxofonista afirma que "la reinserción social me ha salvado; no es efectiva ni la dan, pero nosotras solitas somos quienes nos incluimos en la sociedad nuevamente. ¿Cómo? Pidiendo justicia, denunciando".
Pese a que su situación es complicada por la revictimización que sufre, un proceso jurídico que es lento y las amenazas constantes, se encuentra entusiasmada de estudiar en la Facultad de Música de la UNAM.