Martínez Salgado, quien le tocó traducir a Jaime Rodríguez Calderón, "El Bronco”, en el primer debate presidencial que organizó el Instituto Nacional Electoral (INE), destacó que ese idioma es igual de importante que saber hablar inglés, francés o alemán, pues en el mundo existen más de 180 formas de lenguaje de señas en diferentes países, en México se ocupan cuatro.
Este personaje, invisible para millones de mexicanos, al igual que sus otros 39 compañeros que son los únicos 40 traductores certificados que hay en el país, son la voz y oídos de por lo menos 700 mil personas con discapacidad auditiva o de lenguaje en México.
El intérprete de lengua de señas mexicana, estudio Lingüística en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, y lo hizo precisamente para conocer más sobre este tema, pues él desde los cinco años tuvo contacto con personas sordas y mudas, pues sus padres, que son muy religiosos apoyan hasta la fecha estos grupos vulnerables con el conocimiento de la Biblia.
“La razón es por mis padres, desde que yo era pequeño como de cinco años me introdujeron en el mundo de las personas sordas, ellos se dedican todavía a ayudar, digamos más con un fin religioso para enseñarles de la Biblia con señas”, expuso.
Añadió que después al crecer decidió no solamente tener un enfoque religioso sino también profesionalizarse y capacitarse, porque aquí en México no existe una formación real, aun para los intérpretes y traductores de señas.
Empezó su capacitación a los 15 años de manera empírica, como lo hace mucha gente, pero a partir del año 2000, cuando entró a la licenciatura fue cuando empezó a profesionalizarse, para poder tener la certificación oficial a través del Sistema Nacional de Competencias, CONOCER.
“Ya llevo 18 años de manera profesional y antes, unos 23 años de manera amateur”, informó al puntualizar que las señas es una lengua o idioma, porque es un sistema de comunicación, y el lenguaje es una capacidad humana que tenemos todos.
Explicó que la lengua de señas no es universal, sino que cada país tiene sus formas, por eso en México la denominación es Lengua de Señas Mexicana.
“Mucha gente cree que es como el braille, pero no, no es una lengua universal, en realidad existen más de 180 idiomas de señas que han sido oficialmente reconocidas en distintos países en el mundo. En México se conocen cuatro que es: lengua de señas maya, lengua de señas chatína, purépecha y mexicana”, explicó.
Añadió que es muy probable que existan más lenguas de señas, porque la razón de que surjan tantas es que las personas sordas no crean sus sistemas de comunicación con base en la oralidad, como sería con otros idiomas que se hablan, sino que los miembros de la comunidad con quien interactúan, empiezan a desarrollar un sistema en la creación de signos.
Esos signos, después, las nuevas generaciones ponen una cierta gramática, un orden de palabras, sujeto, verbo u objeto, cierto tipo de conjugaciones o versiones verbales y con el paso del tiempo se desarrolla toda una gramática.
Martínez Salgado señaló que la demanda de sus servicios ha crecido porque las instituciones de gobierno piden que sean certificados, y él además de prestar sus servicios en el Instituto Nacional Electoral (INE), lo hace en otras instituciones federales o en juzgados.
Actualmente, dijo, se impulsa una nueva certificación para que las personas que saben esta lengua y que tiene las competencias puedan ser certificadas, pues hasta ahora son sólo 40 las que cuentan con certificación en todo el país.
Exhortó a los jóvenes a que se interesen por conocer esta lengua, la cual la pueden estudiar en la Academia Nacional de Lenguas, se certifiquen y puedan trabajar como intérpretes traductores.
Explicó que tanto las lenguas indígenas como la de señas están en una categoría que se llaman minoritarias, tienen una complejidad con relación a otras lenguas, porque el léxico en ámbitos especializados todavía no está desarrollado como lenguas con mayor prestigio como el español, inglés o alemán.
Al recordar la propuesta de "El Bronco" para combatir la corrupción y la delincuencia que fue: “mochar la mano a los ladrones y corruptos”, se visibilizó su imagen a través de redes sociales como Twitter y Facebook, y no solo de México sino del mundo, además de que la propuesta del candidato independiente también fue sorpresiva para todos.
Alexis, de 38 años de edad, repitió la señal de cortar de un solo tajo la mano, mueca que reforzó con la expresión de su cara y que por ello, millones de mexicanos lo recordamos, pues tuvo que repetir varias veces, para que no quedara duda que eso es lo que había dicho el entonces candidato independiente a la Presidencia de la República.
Alexis Ariel Martínez indicó que gracias a esas imágenes ahora son recordados los interpretes traductores de lengua de señas, pues normalmente, dijo, su imagen y trabajo se toma como mofa o broma, incluso en programas de televisión de comedia.
Consideró que se necesita la creatividad para poder conjuntar símbolos e interpretar una idea y, por ejemplo, la seña que usó cuando tradujo a "El Bronco", no fue tanto ocurrencia, porque cuando se dice que alguien se le corta la mano, esta mocho o manco, finalmente, se hace una seña que es muy clara, incluso para la gente que no sabe este idioma, pero en esa ocasión a la gente se le hizo gracioso.
“Nunca pensé que esa seña, que El Bronco mencionó, se fuera hacer viral porque para mí era algo rutinario, la propuesta probablemente fue extraña también para la gente, pero en el sentido de las señas era más normal, pero al ver la reacción en las redes sociales me sorprendió y a la vez algo importante que he platicado con colegas, es que en cierta forma ayuda de manera positiva a visibilizar nuestro trabajo.
“Porque muchas veces la gente ve un recuadrito en la televisión, pero no se preguntan qué es lo que hay detrás, qué es lo que hacemos en nuestro trabajo, y en ese sentido fue positivo porque ayudó a visibilizar qué es lo que hacemos los intérpretes de manera profesional. Somos la voz y el oído de las personas con discapacidad para oír o hablar”, puntualizó.
Alexis, de 38 años de edad, nació en la Ciudad de México, felizmente soltero, y los fines de semana le gusta ir “de pata de perro” a visitar lugares cercanos a la capital, como él dice a pueblear.
“Sí, soy originario de la Ciudad de México, aunque viví mi adolescencia en Tijuana y San Diego. Los fines de semana a veces me gusta irme de pata de perro a pueblear, cuando es posible, o ir al cine”.