La empresa destacó que nueve de cada 10 entrevistados dijo que la interacción entre humanos y tecnología aporta valor, solo si somos más creativos con los procesos que diseñamos para conectar ambas partes.
Al preguntarles acerca de las actividades en las que la intuición humana resulta más crítica, la respuesta más extendida fue la enseñanza, con 34 por ciento, en tanto que 27 por ciento mencionó que es por la elaboración de materiales didácticos.
Además, añadió que resulta más probable que el aprendizaje potenciado por la tecnología traiga consigo la transformación del papel de los maestros y profesores en las aulas.
“La velocidad de los cambios en la educación es incesante y viene marcada por la evolución tecnología, así como por el mayor número de estudiantes que acceden al sistema educativo”, expuso Ricoh.
En ese sentido, puntualizó que para aumentar su competitividad en un futuro hay que abordar la necesidad de que la administración y los entornos dedicados a la enseñanza revisen y modifiquen sus métodos de trabajo.
Finalmente, aclaró que son necesarios procesos internos más eficientes e innovadores a lo largo de una serie de funciones que atraigan a nuevos estudiantes, y mejoren los servicios prestados a los mismos.