Tras la terminación del Título 42, una política de inmigración que permitía la expulsión inmediata de personas que ingresaban de forma indocumentada a Estados Unidos, los albergues para migrantes en la ciudad fronteriza de Tijuana, al norte de México, han visto un aumento significativo en su ocupación.
Familias de migrantes descansan hoy en el Albergue Nueva Visión Agape en Tijuana, apenas una semana después del final de esta política de Estados Unidos, que había mantenido a raya los flujos migratorios durante su vigencia.
Esta situación ha llevado a que numerosos migrantes llenen los albergues de la ciudad, buscando refugio y apoyo mientras navegan en su proceso para cruzar la frontera.
El Título 42, cuya culminación se cumplió la semana pasada, fue una respuesta a la crisis sanitaria global.
Implementado como medida de control para prevenir la propagación del COVID-19, esta política permitió la deportación expedita de migrantes sin la necesidad de un proceso legal formal.
Ahora, con su terminación, los migrantes que habían pospuesto su viaje o que habían sido deportados anteriormente tienen la oportunidad de intentar nuevamente cruzar la frontera.
Como resultado, los albergues de Tijuana, una ciudad clave en la ruta migratoria, han visto un incremento en la demanda.
Las autoridades locales y los líderes de los albergues están trabajando conjuntamente para afrontar este incremento repentino en la demanda y proporcionar las necesidades básicas a estas familias migrantes.
Sin embargo, la situación sigue siendo un desafío significativo y requiere una atención continua.
La historia de estos migrantes y su viaje en búsqueda de una vida mejor continúa, ahora con la esperanza renovada de una oportunidad para cruzar la frontera hacia el norte.