Disminuyó la tasa de fecundidad, pero aumentó el embarazo adolescente

NOTICIAS SEMLAC
13 de Mayo de 2024
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Disminuyó la tasa de fecundidad, pero aumentó el embarazo adolescente . Depositphotos.
Disminuyó la tasa de fecundidad, pero aumentó el embarazo adolescente . Depositphotos.

México, mayo (SEMlac).-(depositphotos) La tendencia de la fecundidad en México ha ido disminuyendo a partir de 1970, de seis a dos hijas e hijos por mujer. Sin embargo, el embarazo infantil y adolescente aumentó en los últimos 20 años del 15,3 al 16,2 por ciento, lo que significa una derrota para asegurar los derechos plenos de las mujeres, por lo que urge resignificar la política pública de la maternidad, señala Vanessa Sánchez Vizcarra.

La tendencia de la fecundidad de la mujer mexicana ha ido disminuyendo a partir de 1970. De acuerdo con las estadísticas, ha pasado de seis y 6,5 hijos e hijas por mujer en ese año, a dos hijos e hijas por mujer en 2020.

En un artículo publicado en la revista digital Cámara, de mayo de 2023, titulado "La Transición de la maternidad: de la condicionada a la consciente", Sánchez Vizcarra, directora de Estudios sociales de la posición y condición de las mujeres y la equidad de género, de la Cámara de Diputados, afirma que la expresión "las mujeres no quieren ser madres" es subjetiva y abre el tema para la descalificación, el desconcierto y hasta el avance en el empoderamiento femenino, pues depende del lugar en que se coloque y desde donde se mire.

Una investigación del doctor Gerardo Núñez Medina, del Departamento de Estudios de Población de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), indica que durante la primera mitad del siglo XX la tasa de fecundidad osciló entre seis y 6,5 hijos por mujer.

Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo, con el descenso en la mortalidad, se dio un aumento en la fecundidad, lo que generó que la tasa creciera a siete. De 1987 a 1999, pasó de seis a tres hijos por mujer y desde entonces se ha mantenido en una caída más lenta, llegando a una tasa de dos hijos e hijas por mujer en 2020.

Sánchez Vizcarra puntualiza que, aunque parece haber un ritmo más lento, este descenso en la fecundidad continuará. En ese sentido, menciona los grandes cambios en el comportamiento y expectativa social, algunos inducidos por la tecnología, el acceso a la educación y el mundo laboral.

Pero sin duda, el componente que más ha acelerado esta transformación es el avance en los derechos humanos, especialmente de las mujeres, que se garantizan y consolidan a través de leyes e instituciones.

Señala, igualmente, que hay más opciones para las mujeres que ser madres, además de que se puede observar que la maternidad es extremadamente costosa e incompatible, a veces, con la posibilidad de ser algo más.

También influye el acceso a mayor nivel de educación y a los cambios en la situación conyugal. Al respecto, señala "en datos del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) se observa un cambio importante: en 1995, 53,6 por ciento de las madres tenía escolaridad hasta nivel primaria, hacia 2019 se redujo a 17,7 por ciento; además, para ese mismo año, 36 por ciento es al menos de secundaria y 37 por ciento de preparatoria y profesional".

"El estado conyugal también tuvo una transformación significativa, mientras que en 1995, el 58,8 por ciento de las mujeres eran casadas al momento de registrar el nacimiento, en 2019, el 52,4 por ciento declaró estar en unión libre".

Citando al Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco), el 72 por ciento de las mujeres que no tienen empleo remunerado, pero quisieran tenerlo, son madres.

De manera histórica, ser madre, más allá de la experiencia y la identidad, ha representado un trabajo de tiempo completo. El Inegi señala que, en 2019, el 92 por ciento de las madres que no trabajaban de manera remunerada se dedicaban a actividades de trabajo no remunerado y de cuidado, comparado con el 12,8 por ciento de los hombres. Esta acentuada diferencia también destaca cuando se decide no trabajar por motivos de estudio, con un 16,4 por ciento en los hombres respecto al 2,9 por ciento de las mujeres.

Retroceso: el desmantelamiento de estancias infantiles y escuelas de tiempo completo
Las cifras reafirman la vigencia del condicionamiento y expectativa social de las mujeres como encargadas de las actividades domésticas y las labores de cuidados.

Sin embargo, poco se ha podido realizar, pese a la aprobación en la Cámara de Diputados del Sistema Nacional de Cuidados desde el 18 de noviembre de 2020, para impedir el desmantelamiento del programa presupuestal de estancias infantiles que dio lugar al "Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, Hijos de Madres Trabajadoras" y después al de "Escuelas de Tiempo Completo" integrado al programa "La Escuela es Nuestra", lo que representa un retroceso para la autonomía de las mujeres y las orilla al rol social del cuidado.

No obstante, ha habido avances en la corresponsabilidad como la aprobación, el 22 de marzo de 2024, del Registro Nacional de Obligaciones Alimentarias y la existencia de permisos de paternidad de cinco días.
Sánchez Vizcarra advierte que falta dotarlos de mecanismos y facilitar la información para que no sean letra muerta o un acceso condicionado al privilegio.

Por otra parte, señala al embarazo infantil y adolescente (de 10 a 19 años) como una derrota en la batalla por la maternidad como derecho, pues aumentó en un período de 24 años, comprendido entre 1995 y 2019. El embarazo en adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19 años creció del 15,3 por ciento al 16,2 en esos años.

Sostiene la autora que se les ha fallado a las niñas y adolescente en el camino de ser mujeres con derechos plenos, por lo que es urgente la redignificación de la maternidad, desde el contrato social hasta la política pública, sin perder su carácter biológico y colocando a las mujeres en el centro de esa mirada.