Cuando el aparato de justicia se vuelve cómplice del perpetrador

NOTICIAS SEMLAC
27 de Febrero de 2024
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Cuando el aparato de justicia se vuelve cómplice del perpetrador. Depositphotos.
Cuando el aparato de justicia se vuelve cómplice del perpetrador. Depositphotos.

México, febrero (SEMlac).- (depositphotos) Las agresiones contra las mujeres en México siguen en aumento y se han diversificado con fenómenos como la violencia vicaria, un tipo de violencia que busca hacerlas sufrir utilizando a sus hijos. Entre los ejemplos más comunes se encuentran la sustracción de menores, amenazas y maltrato a niñas, niños y adolescentes, así como hablar mal de ellas.

De acuerdo con un estudio de la Dirección General de Análisis Legislativo del Instituto Belisario Domínguez (IBD), la violencia vicaria ha aumentado en los últimos años, tomando en cuenta el comportamiento de la violencia familiar, que entre 2021 y 2022 registró un incremento de 14,09 por ciento en el número de víctimas. En este último año, se contaron 22.904 menores víctimas de violencia familiar.

Actualmente, el Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares reconoce la violencia vicaria como un tipo de violencia contra las mujeres y ordena medidas de protección para las víctimas; no obstante, en el caso de la señora María Elena Josephine Hall Marín no sólo no se ha aplicado, sino que lleva seis años enfrentando la violencia vicaria y un "terrorismo judicial".

"El papá de mi hija se la llevó el 19 de diciembre pasado y desde entonces no la veo… después de muchas amenazas de quitármela, lo logró al menos físicamente y está intentando que sea jurídica y sicológicamente".

María Elena Josephine Hall Marín se casó con José Ladizinsky Mochon en 2015 y su hija Margot Ladizinsky Hall nació en 2017. Desde los ocho meses de embarazo empezaron los problemas: ella recibía muy malos tratos e insinuaciones de que era mala esposa, "amenazas con quitarme a mi hija por las distintas formas de pensar de ambos"; él pretendía que todo fuera a su manera. El divorcio sucedió en abril de 2018.

Ladizinsky Mochon, de origen judío, estuvo casado antes y ejerció violencia contra su pareja, quien finalmente lo abandonó. Él está totalmente identificado como violentador y promotor de amparos para conseguir el retraso y/o no aplicación de la justicia, puntualiza Hall Marín.

Detalla que interpuso la denuncia por violencia familiar el 21 de abril de 2018, entonces "me dieron el Código Águila, pero eso no bastó para que el señor entrara a mi departamento con seguridad privada y pública para arrebatarme a mi bebé,". El Código Águila se refiere a las medidas de distanciamiento previstas en la Ley de Acceso de las mujeres a una vida sin violencia.

"Hackeo de mis redes sociales y de las cámaras de mi casa, así como mi práctica ecuestre, que usó en su momento para decir que ponía en riesgo a mi bebé, son algunas de las pruebas que presentó en mi contra, pero fueron desechadas".

En 2019, por segunda ocasión Ladizinsky Mochon sustrajo a la niña sin ninguna orden y su madre nuevamente acudió a los juzgados. En 2021 le dieron a Hall Marín la custodia de su hija, pero por el temor constante tuvo que huir: primero se fue a Morelia; luego a Guadalajara, donde la niña vivió hasta los seis años.

"Después de que me quitaron a mi bebé, el 25 de mayo de 2018, la recuperé semanas más tarde con un amparo, por las violaciones cometidas por el juez a nuestros derechos. Nuevamente, con falsedades, hackeándome, encontró más argumentos para que el juez 13 de lo familiar de la Ciudad de México, Eduardo Vélez Arteaga, me ordenara entregar a mi hija; esto a pesar de que el señor estaba vinculado a proceso por otros delitos.

"Yo me tuve que esconder con mi hija, hasta que en 2021 el tribunal colegiado correspondiente dejó la custodia provisional de mi hija a mi cargo".

En noviembre de 2021, lograron un primer acuerdo mediante el cual el padre podía convivir con la niña cada 15 días, dos veces por semana, y quedarse con ella cada 15 días y un fin de semana cada mes.

El acuerdo fue muy difícil para Hall Marín. Ella no tenía que violar ninguna regla porque perdería la custodia, debería de vivir en la CDMX, a pesar de que ella rehízo su vida con una pareja en Guadalajara. En cada punto del proceso judicial, él ha logrado imponer sus reglas.

En julio de 2023 Hall Marín demandó la pérdida de la patria potestad de su ex esposo por el incumplimiento de la obligación alimentaria, violencia económica y alienación parental.

"Se vulneró el derecho a la vivienda, a la educación, a la salud de mi hija y solicité que se me permitiera vivir en un lugar que yo pudiera pagar con recursos propios sin depender del padre de mi hija".

No obstante, el Sr. Ladiznsky hasta el día de hoy no se ha dejado emplazar, como lo ha hecho en ocasiones anteriores, para evadir su responsabilidad.

En agosto de 2023, Hall Marín logró la anuencia del juez para volver a radicar en Guadalajara y el clima de violencia hacia ella fue peor: violencia y amenazas de muerte.

En diversas fechas, Ladizinsky Mochon no ha dejado de promover varios incidentes de incumplimiento ante el juzgado 13, en todos solicita el cambio de guarda y custodia a su favor.

"El 18 de diciembre, a base de engaños y manipulación, el padre de mi niña me convence de llevarla de visita a casa de su abuela paterna, con el argumento de que se estaba muriendo. Era una mentira, un plan para separarnos, porque en ese lapso él se encontraba en el MP de la fiscalía de violencia familiar "denunciándome por violencia psicológica y posible abuso sexual".

Con la misma mentira, llevé a mi hija a casa de su abuela y "desde entonces no la he vuelto a ver". Después de un mes se me permitió hablar con ella. Totalmente alienada, enojada conmigo, cortante, agresiva. Todo el trabajo de su psicóloga, todo mi esfuerzo de cinco meses por recuperar el lazo que se había lastimado en ese año y medio en la CDMX, se fue a la basura en 30 días… Estoy perdiendo a mi hija física y mentalmente… mi seguridad, mi libertad está en riesgo.

El lejano acceso a la justicia ¿qué otras puertas debo tocar?
Para Hall Marín, los obstáculos hasta ahora son muchos y no encuentra apoyo. El 12 de febrero solicitó exponer su caso con un grupo de senadores y le extrañó mucho que le dijeran que ya habían hablado con su exmarido, además de que "ella y él necesitan un jalón de orejas", que haga otro convenio.

"Después de que se jubiló el juez Eduardo Vélez, la jueza María del Socorro Jiménez, del juzgado 13 de lo familiar, deberá dar una opinión o sentencia del caso. Ella deberá decidir si restituye a mi hija con su madre o la deja a merced de su padre".

En otro intento del padre de la menor para alargar el proceso, denunció ser víctima de violencia psicológica y la fiscal de violencia familiar, Rosalba Berrra Rosado, le dio cita para su valoración psicológica hasta el mayo de 2026.

"Estoy desesperanzada, desesperada", "¿cuántas puertas tengo que tocar? ¿Quién va a ayudarme? La realidad es que, a pesar de los avances de las leyes contra la violencia hacia las mujeres, todo el entramado del aparato, al final, se vuelve cómplice del perpetrador, del hombre, del ejecutor de la violencia vicaria.
 

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