México, 11 octubre de 2023.- La Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos para el Desarrollo de las Américas (CIDHPDA), a través de su Comisionado Presidente en Puebla, Amado Sánchez Maceda, clama por justicia para las reporteras Natalie y Michelle Hoyos López.
Las jóvenes experimentaron tortura, tanto física como sexual, a manos de la policía municipal de Izúcar de Matamoros. Pese a haber pasado siete meses del incidente, las autoridades parecen haber ignorado la denuncia.
Los hechos se remontan al 10 de marzo, cuando las periodistas escoltaban a una líder feminista del movimiento Marea Púrpura a su casa.
Sin razón aparente, fueron aprehendidas por seis agentes municipales, quienes las retuvieron sin contacto con el exterior y las mantuvieron cautivas durante más de seis horas.
Sorprendentemente, la justificación de su arresto fue haber "manchado" la ciudad.
Las circunstancias apuntan a que su detención tuvo motivaciones políticas. Las periodistas estaban involucradas en la organización de la marcha del Día Internacional de la Mujer programada para el 11 de marzo.
Además, testimonios sugieren que la alcaldesa de Izúcar de Matamoros, Irene Olea Torres, no ve con buenos ojos el movimiento feminista, y esto pudo haber influido en la acción policial.
Agravando la situación, las hermanas Hoyos López son hijas de Miguel Hoyos Bravo, director de Enlace de la Mixteca, medio crítico del mandato de Olea Torres.
La CIDHPDA enfatiza que este incidente parece ser otro "acto de represión política y un ataque a la libertad de expresión", que se suma a los numerosos casos de agresiones a periodistas en México, perpetrados por funcionarios en colaboración con autoridades estatales o municipales.
Desde la CIDHPDA, se solidarizan con las víctimas y urgen al Gobierno Municipal de Izúcar de Matamoros a esclarecer los hechos y responsabilidades.
También instan a Alejandro Encinas, subsecretario de derechos humanos, a que se otorgue a las afectadas el protocolo de protección adecuado para periodistas y defensores de derechos humanos.
La integridad de la democracia mexicana está en juego con cada ataque a la libertad de expresión, y estos actos no deben ser ignorados.