Acapulco, 9 febrero 2024.- En Acapulco, la comunidad apenas comenzaba a ver la luz al final del túnel tras el devastador paso del huracán Otis, cuando un nuevo golpe azotó a los esfuerzos de recuperación.
Este viernes, el club de playa Kalei se vio envuelto en llamas, un acto incendiario provocado por la incapacidad del establecimiento para cubrir las cuotas exigidas por grupos de delincuencia organizada que operan en la zona.
Este incidente no solo marca un retroceso en el proceso de reconstrucción de la ciudad, sino que también muestra la persistente amenaza del cobro de piso, una práctica que asfixia a los negocios locales y desalienta la inversión.
A pesar de que ya se ha iniciado una carpeta de investigación, las autoridades locales se han limitado a condenar el hecho, una respuesta que para muchos resulta insuficiente ante la magnitud del problema.
El sector económico de Acapulco se encuentra en una encrucijada, luchando por levantarse de las cenizas del desastre natural, mientras enfrenta la opresión de la delincuencia organizada.