Jícara labrada, bella artesanía representativa de Tabasco

28 de Septiembre de 2014
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Villahermosa, 28 Sep 14 (Notimex).- La jícara labrada es de las artesanías más genuinas, bellas y representativas de Tabasco, proveniente del fruto del árbol del jícaro, destreza en que se han especializado artesanos del municipio de Jalpa de Méndez.

Además de las jícaras, productos distintivos de Tabasco, elaborados con base en materiales locales, como el guano, espadillal, junco, mimbre y maderas, se venden en mercados de artesanías y comercios de la entidad.

El coordinador de la tienda de artesanías Economato, Rogelio Barriga Díaz, señaló que la jícara labrada sirve para tomar el pozol, elaborado con maíz, cacao molido y otros ingredientes, a los que se agrega agua fría. La tradición en Tabasco indica que debe colarse y servirse en jícaras de Jalpa de Méndez.

Indicó que para los tambores, máscaras y cayucos labrados se utiliza el cedro, que son elaborados por artesanos en Tucta, Nacajucay, requeridos especialmente en estas fechas en las que se conmemora el aniversario del inicio de la independencia mexicana.

El comerciante expuso que las artesanías a base de junco o guano provienen de Mazateupa, Tapotzingo o Guaitalpa, también de Nacajuca; mientras el mimbre es de la región de Tapijulapa, Tacotalpa.

“Eso es lo más representativo. Además, la artesanía de Tabasco es funcional, tienen una utilidad, no son piezas de contemplación o decorativas. La jícara para el pozol, el guano para tortilleros o abanicos, el petate para descansar por el fresco, el mimbre para muebles y diversidad de artículos”, señaló.

Entre una variedad de artesanías, explicó a Notimex que por la clase de material que hay en Tabasco, este tipo de objetos no se elabora en otros estados.

En cuanto a otras artesanías, refirió, están las muñecas tabasqueñas o las cabecitas olmecas, aunque se encuadran en un contexto más escultural, como piezas para colección o exhibición.

“Hay gente de pueblos chontales que han venido a Villahermosa y aprendido en academias las técnicas de consistencia, conocimiento de materiales, resinas, fundición y se vienen acá a trabajar. Es otra perspectiva a lo artesanal, que es la manifestación de los pueblos autóctonos de Tabasco”, puntualizó.

La jícara labrada es la artesanía más genuina y representativa del estado, la cual proviene del árbol del jícaro, un ejemplar frutal, con semillas de valor nutritivo, fruto redondeado en forma de calabaza y fue ampliamente cultivado por los mayas.

Ancestralmente ha sido utilizado para elaborar instrumentos musicales y jícaras para beber el pozol, bañarse, lavar y almacenar agua.

Los artesanos las elaboran de forma redonda o cucharona y se utilizan como auxiliar en la batea, para lavar y bañarse a jicarazos, señala el historiador y escritor Jorge Priego Martínez en la edición del compendio “Tabasco, la mejor tierra que el Sol alumbra”.

Explicó que el fruto hemisférico y de boca ecuatorial ancha, al momento de crecer se le puede ceñir con algún amarre, a fin de lograr otras formas cuando alcanza su tamaño ideal.

El fruto es verdoso en su exterior y una capa con grosor de una moneda, contiene pulpa blanca en su interior, la cual no es comestible.

De acuerdo con el diccionario de mexicanismos, de Francisco J. Santamaría, es un fruto sólido, duro, con pulpa y pepitas semejantes a las de la calabaza, con corteza leñosa, de la cual se hacen las vasijas del mismo nombre.

Priego Martínez expuso que cuando el fruto está maduro o apto para separarlo de la planta, se inicia el proceso de corte, vaciado y labrado, en el que los artesanos usan rudimentaria herramientas.

En su exterior, una vez convertido en recipiente y ya seco, se le realiza retratos esgrafiados, destreza en que se han especializado artesanos del municipio de Jalpa de Méndez, que goza de fama por las jícaras labradas.

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