Mérida, 29 Ene (Notimex).- Graciela Mota Botello, investigadora del Posgrado de Psicología en la Universidad Autónoma de México (UNAM), alertó hoy sobre el debilitamiento del tejido humano en áreas periféricas del Zócalo de la Ciudad de México.
Se pronunció por crear circuitos culturales, educativos y artísticos en la megalópolis que permitan a sus habitantes y visitantes generar un sentido de pertenencia.
En su ponencia "La ciudad del saber: gestión de centros históricos desde nuevos nichos del turismo, habitabilidad, productividad y capital social", opinó que aunque coexisten diversos grupos sociales carecen de comunicación y solidaridad entre ellos.
En el primer simposio "Sobre la situación actual de las ciudades y pueblos histórico en México", lamentó que las megalópolis sean sitios donde la conservación del patrimonio cultural se centre sólo en la atención de edificios del Zócalo.
La realidad, opinó, es quienes viven en la Ciudad de México “ya no nos vemos como sus habitantes, pero tampoco como visitantes”. “Ya no tenemos apego por la ciudad, ni identidad y mucho menos capacidad de apoyar a los otros”, dijo.
Propuso pensar “que nuestra ciudad no es únicamente un bien material, sino también conciencia y espíritu, pero esta última no surge de manera mágica, sino de la convivencia, resultado de siglos de cultura”.
Consideró que en la Ciudad de México la gente no vive en comunidad. Hay calles, pero no hay convivencia; “somos una ciudad sin pertenencia y referencia, no hay espacios de diálogo, sólo hay gente”, dijo.
Citó que cada fin de semana en la ciudad hay tres millones de personas, “pero no queremos que sean turistas sino visitantes; no queremos que sean clientes sino descubridores; no queremos espectadores sino interlocutores”.
Reiteró la necesidad de tener rutas que permitan a los visitantes el contacto y diálogo con los actores de estas comunidades, donde la universidad también tenga un papel, preponderante como promotora de estos encuentros.
Precisó que en la zona de monumentos históricos hay 42 museos, pero están en una grave crisis porque no entra nadie y únicamente se tiene uno que otro proyecto en la periferia de esta zona, como la posibilidad de crear una fonoteca en la zona de La Merced.
“Podemos tener rutas de la imaginación, de la investigación, de la innovación, del conocimiento, del aprendizaje, de la creación, del cuidar, del creer, de la producción e intercambio, en el que se refuerce no el conocimiento y el sentido de pertenecer”, apuntó.
Esta propuesta, dijo, permitirá cambiar la pobreza, marginación e inequidad por la educación, nuevos estilos de vida y ampliar las opciones de encuentro con los otros fuera del perímetro histórico.