Su origen y causas son inciertos, pero se sabe que surge cuando las neuronas dopaminérgicas comienzan a morir, y el diagnóstico suele confirmarse cuando ya ha muerto entre el 60 y 80 por ciento de éstas, es decir, cuando el padecimiento se encuentra en un estado avanzado.
“Antes de establecer el diagnóstico, la enfermedad está presente, avanza lentamente, pero no hay sintomatología clara”, dijo la universitaria en el marco del Día Mundial del Párkinson, que se conmemora hoy, 11 de abril.
Uno de los primeros síntomas es el llamado temblor de reposo, en donde un miembro del cuerpo tiembla en una situación de descanso, ocasionando con el tiempo la falta de control motor, rigidez, pérdida de la regulación del movimiento, dificultad en tareas de movimientos finos.
Sin embargo, aclaró, esto no necesariamente significa que sea párkinson, pero sí un síndrome parkinsoniano, de ahí que exista un rango considerable de pacientes mal diagnosticados.
“En nuestro país, el error diagnóstico de un neurólogo especialista en síndromes motores puede llegar al 24 por ciento, y el error diagnóstico de un médico general puede alcanzar el 56 por ciento. Entonces, tenemos pacientes diagnosticados con la enfermedad, y no la tienen, lo que indica que no están recibiendo el tratamiento adecuado”, alertó.
Por ello, es necesario continuar con las investigaciones, a fin de conocer esta afección, que en uno de cada 10 casos ocurre por predisposición genética; en el resto, su origen es diverso: edad, historia familiar, medio ambiente o exposición a elementos toxicológicos que ocasionen estrés oxidativo, mismo que daña de manera irreversible las neuronas dopaminérgicas.
Aunque es incurable, con el tratamiento adecuado y, de ser posible, con base en un equipo multidisciplinario en donde participen neurólogos, psicólogos y fisioterapeutas, entre otros, se puede retrasar su avance y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
De igual forma, Selva Rivas afirmó que la participación de la familia en el tratamiento es importante. Para que sea exitoso, o por lo menos para sobrellevar este padecimiento, son necesarios la supervisión y el acompañamiento, pues el párkinson, como otras enfermedades degenerativas, con el tiempo es incapacitante y el paciente requerirá de mayor atención, ayuda y cuidado para realizar ciertas acividades cotidianas.
La especialista indicó que este día sirve para llamar la atención sobre la enfermedad, conocerla y tomar conciencia de que la espectativa real es retrasar su progresión, pues no tiene cura. No obstante, se continúa estudiando e investigando para mejorar la capacidad de diagnóstico y los tratamientos.