Y es que, a diferencia de la Cena de Navidad, la celebración de Año Nuevo es la ocasión para salir de viaje, incluso para pasarla con familiares o amigos, y pocos cenan pavo, y se busca cambiar el menú y se decide por cenar bacalao, romeritos, lomo o pierna.
Este fin de año, los centros comerciales se encuentran muy concurridos, donde de acuerdo con Patricia Rendón, vendedora de una tienda de autoservicio, la gente prefiere llevar en lugar de pavo -que ahora está más barato- bacalao cuyo precio oscila según la marca y tipo de 250 a 370 pesos el kilo, aunque en algunos lugares se cotiza hasta en 650 pesos el kilogramo.
Igualmente, las familias adquieren romeritos preparados con un costo de 199 pesos el kilo, lomo de cerdo preparado a 97 pesos el kilo y según el tamaño que es de entre cuatro y seis kilos pagan 400 o 600 pesos en promedio.
Francisco Valdez, padre de familia, relató a Notimex que junto con su esposa van a cenar pierna de cerdo ahumada, que ya viene precocida y hasta preparada con ciruelas, pasas o frutas secas, y solo tiene que hornearse y así nadie trabaja de más; la pieza entre dos y medio y cuatro kilogramos cuesta entre 460 y 680 pesos, según la marca y preparación.
Así calcula el señor Valdez que para su cena de ocho personas gastará 680 pesos en la pierna, romeritos 200 pesos, ensalada de manzana con piña y nuez unos 300 pesos, pues la manzana está entre 35 y 50 pesos el kilo.
A ello a que sumar la crema en 59 pesos, 200 gramos de nuez 100 pesos, panes baguette seis barras grandes de 15 pesos que serán 90 pesos más, y un postre que puede ser una gelatina de entre 130 y 150 pesos, además de tres refrescos de entre 27 y 28 pesos cada uno, sidra de 139 pesos, lo que le dará un promedio de mil 490 pesos por su cena de fin de año.
Todo lo anterior sin considerar las bebidas alcohólicas, las cuales dispararían el presupuesto unos mil pesos más.
Para otras familias, la cena puede ser de tostadas de pata, como lo eligió Rosalba Pérez, madre de familia, que prepara para ocho personas.
Al sumar el costo de la crema (56 pesos), tostadas (35 pesos), pata ya preparada (79 pesos), lechuga (15 pesos) y un kilo de cebolla, la cena costará entre 750 a 900 pesos. Incluso un pozole donde por kilo de grano precocido descabezado se pagan de 25 a 30 pesos, y un kilo de carne de cerdo maciza en 79 pesos y uno de codillo de cerdo con hueso de 56 pesos, podría ser un gasto de 900 pesos como máximo.
Pero si el plan es salir a un restaurante, la cena de Fin de Año, según Canacope, se estima que se elevaría a dos mil 300 pesos para una familia de cuatro, esto es unos 575 pesos por persona.
Aunque si el restaurante es de lujo, en la Ciudad de México, hay menús de 900 a mil 500 pesos por persona, que incluye una cena de tres tiempos, con una entrada de crema, ensalada, plato fuerte pasta de mariscos y pavo glaseado con cítricos y un pastel de manzana, además si se desea pueden tomarse tres copas por 350 pesos más.
Sobre los negocios que venden las cenas de fin de año, hay quien vende los pavos preparados desde mil 700 pesos hasta para 12 personas, y si es para más de 15 o 20 invitados el costo se eleva a dos mil 459 pesos; un lechón hasta para ocho personas el precio es de dos mil 149 pesos, y el bacalao ya preparado puede costar 459 pesos el kilo, también se vende paella 209 por kilo, o pechuga de pavo para cinco personas en mil 449 pesos.
En muchos lugares, también se cocina los platillos de fin de año, así la familia puede llevar a que les preparen los platillos elegidos, por ejemplo, tan sólo por el servicio de horneado, se cobra 79 pesos por kilo, por ejemplo, si es un lomo de cuatro kilos, cobraran 316 pesos. En caso de que además de hornear se desee que el pavo o pierna se preparen y se rellenen, el costo será de 112 a 120 pesos por kilo, así un pavo de siete kilos costaría unos 840 pesos.
Todos los negocios de comidas y productos que se usan en estas fechas registrarán aumentos en sus ventas hasta en 20 por ciento. Los giros más demandados son lo de carnicerías, pollerías, pescaderías, recauderías, fruterías, molinos, venta de semillas y moles, venta de materias primas, abarrotes, vinaterías, entre otros.
Incluso, con la preparación de los platillos tradicionales de la temporada, los prestadores de servicios elevarían sus ingresos aproximadamente un 36 por ciento.