Mérida, 28 Ene (Notimex).- Transformación constante e incluso pérdida del patrimonio arquitectónico por su adecuación para uso comercial o turístico, son algunas de las problemáticas que enfrentan ciudades mexicanas patrimonio cultural de la humanidad.
Investigadores de Puebla, Guanajuato y Campeche coincidieron en que la práctica de gobiernos locales de convertir estas ciudades en atractivos para el turismo, así como un mecanismo para la obtención de recursos federales, soslaya el interés de preservar como un bien cultural integral.
En el marco del "Primer simposio sobre la situación actual de las ciudades y pueblos históricos en México", la investigadora María del Carmen Fernández de Lara Aguilar destacó el caso de la ciudad de Puebla, que "sufre de una transformación constante e incluso presenta pérdida de su patrimonio por usos que la ciudad no tenía".
En su ponencia "Puebla, de ciudad histórica a ciudad patrimonio mundial. Sus implicaciones", indicó que en su zona de monumentos históricos el estado ha cambiado su vocación habitacional a una básicamente comercial y prestadora de servicios.
Hoy vemos que nuestra ciudad tiene muchos problemas que se reflejan en pérdida de barrios históricos, pero el gobierno insiste en hacer del Centro Histórico un sitio turístico, además de que muchos edificios han sido convertidos en centros educativos y de servicios asistenciales.
Recordó que su zona de monumentos comprende un área de 6.99 kilómetros cuadrados, en los que se han censado dos mil 619 edificios del siglo XVI al XIX, pero varios de ellos están en riesgo.
Lo más grave, aseveró, es que existe un desplazamiento de la población original. Existen manzanas donde ya nadie vive y esto genera problemas de inseguridad. En otras zonas existen sitios donde se destruyen los edificios y se dejan sólo las fachadas, bajo el pretexto que esto lo exige el turismo.
Además esta zona también se utiliza para bajar recursos y aplicarlos en pintar y repintar fachadas que no lo necesitan, mientras que la falta de un plan de manejo ha provocado que de 24 estacionamiento que existían ahora hay 67 y se hicieron sobre edificios históricos.
En tanto el investigador José de Jesús Cordero Domínguez señaló que en el caso de Guanajuato se ha creado el circuito de Arte Positos, el cual se desarrolló como una zona de atracción del turismo cultural, empero los programas oficiales de atención se orientan a cambios de pavimento o pintura según la administración en turno.
"Es área muy pequeña, es una iniciativa del gobierno de Guanajuato en los últimos seis años para reactivar el turismo, el cual cuenta con museos, galerías públicas, librerías en un espacio de apenas 1.9 kilómetros cuadrados”.
Expuso que la ruta que inicia con el Museo de la Alhóndiga de Granaditas, pese a su espacio, presenta ya pérdida del patrimonio arquitectónico y de los 81 inmuebles que conforman la ruta, se conserva apenas el 54 por ciento.
El 68 por ciento de este patrimonio arquitectónico es de uso comercial, de servicios y culturales y apenas un 8.6 por ciento habitacionales con uso original, pues han dado énfasis en brindar servicios a turistas y excursionistas, quienes por lo general hacen 16 horas en el sitio y "no consumen los productos de la zona".
En tanto, la investigadora Josefina del Carmen Campos Gutiérrez expresó que "si bien el reconocimiento mundial ha permitido el rescate de edificaciones patrimoniales y de la imagen urbana en Campeche, las acciones no han permeado en toda la zona de monumentos históricos, sino focalizado al recinto intramuros".
Expuso que en la llamada ciudad amurallada, "en lugar de conservar los elementos originales que posee Campeche, las mayores inversiones se hacen para reproducir elementos que existieron en otra época, con lo cual se construyen dos falsos históricos, a manera de parques temáticos. Se borran etapas históricas de la ciudad".
Coincidió en que los usos habitacionales disminuyen y son ocupados por comercios y servicios que en ocasiones son causales de abandono de viviendas existentes.
Todo esto, dijo, es parte de un proceso de mercantilización del patrimonio, donde se corre el riesgo de que el patrimonio se transforme en un espectáculo de consumo para turistas.