Tuxtla Gutiérrez, 25 Ene 15 (Notimex).- Con música de marimba y mujeres vestidas con el traje típico chiapaneco, el restaurante típico “Las Pichanchas”, fundado desde hace 38 años, recibe a los comensales nacionales e internacionales.
El concepto es mantener y preservar las tradiciones chiapanecas, comida y bebidas, pero principalmente el servicio, pues quien llega a comer, debe salir con muy buen sabor de boca que le invite a regresar.
En el establecimiento está presente lo típico del estado, su folklore, la música de marimba, y ya entrada la noche, se puede disfrutar el tradicional baile de las chiapanecas.
El gerente operativo de la empresa, Rodolfo Moreno, con licenciatura en Ciencias Naturales, dijo que su éxito es la cocina chiapaneca y en el menú destacan los platillos zoques.
Aseguró en entrevista, que el éxito se debe a la hospitalidad con que atienden a los clientes, la satisfacción con que se van los comensales, la importancia de hacer equipo de promoción con otras empresas y proseguir con el personal chiapaneco que ahí labora.
Al llegar, el comensal es recibido por música de marimba, un instrumento construido a base de la madera de hormiguillo, que produce sonidos maravillosos de armoniosas melodías.
Mientras, la mujer porta un vistoso traje bordado a mano que se compone de una blusa de satín que lleva un escote circular, un vuelo de tul adornado con flores, bordado en petatillo con hilos de seda y artícela de colores naranja, blanco y rosa.
Ellas también danzan sobre una tarima de madera ubicada en la entrada principal. “Ese toque chiapaneco es muy propio y se convierte en un atractivo para los visitantes, locales, nacionales y extranjeros, incluso se ha posicionado a nivel internacional”, comentó.
Indicó que hasta este lugar han llegado a comer visitantes de Estados Unidos, Canadá, Japón, Argentina, Chile, Europa, del Cono Sur, Lituania, Asia, África, entre otras latitudes.
“Entre los platillos destacan la pepita con tasajo, que es carne de res cortada en tiras, bañada con una salsa a base de pepita de calabaza”, detalló.
También el cochito adobado y horneado, la crema de chipilín, tasajo con chirmol, pechuga coleta, comida grande de chiapa, el pollo de pollera, pechuga jacuané, pollo con mole, pescado chumul, la chanfaina, filete chamula, con marca registrada y originario de Chiapas.
Entre las botanas, abundó, hay tostadas tuxtlecas, turulas, callejeras, el salpicón tuxtleco, la butifarra, el queso chiapaneco o jacuané. Mientras, que entre las sopas, destacan el chipilín con bolita, el consomé de pollo, el arroz frito, el caldillo o los frijoles con chipilín.
Los comensales degustan las enchiladas verdes o con mole, los tamales chiapanecos que pueden ser de bola, cambray, chipilín, jacuané, pictes de elote o de mole.
Para concluir, se ofrecen postres como el trío de helados compuesto por chimbo, soconusco y tascalate, lo mismo que unos panes elaborados por manos chiapanecas en los barrios de la capital.
Entre las aguas frescas, los visitantes degustan el pozol, una refrescante bebida a base de masa de nixtamal, mezclada con cacao molido, azúcar, agua y hielo, y el tascalate, compuesta por polvo de color rojizo mezclado de maíz, cacao, canela, achiote y azúcar.
Una de las aguas que todos piden es de chía, que tiene propiedades curativas, pero es muy refrescante y típica de la región, sin faltar el tradicional pumpo, que se prepara con vodka, piña natural, agua mineral, limón, servida en bule, guaje o tecomate.
Cuando la bebida se ha servido en la barra tocan la campana principal y gritan: “salió el pumpo”, los demás meseros le contestan “ahí va el pumpo”, o cuando ya se está sirviendo a los comensales “llegó el pumpo”.
El gerente admitió que el negocio no ha requerido de una promoción, “el mejor fomento de Las Pichanchas ha sido el comensal, el que ha salido con buen sabor de boca y ha recomendado venir a comer aquí”.
Con marimba y bailes, restaurante de Tuxtla recibe a clientes
25
de Enero
de
2015
Comentarios
Guardar