Managua, 29 Ago (Notimex).- Los Tigres del Norte con su “banda del carro rojo” provocaron el rugido de miles de sus admiradores en Managua, después de una espera ansiosa y una fidelidad a prueba ante una constante lluvia que mojaba a todos los asistentes al concierto.
“La reina del sur” hizo olvidar la lluvia y el lodo para poner a bailar a las parejas, hombres y mujeres se movían al ritmo de la música norteña.
El rugido de Los Tigres se escuchaba por el centro de Managua y se entregaron por completo a sus admiradores compensado la fidelidad a la banda, no se movieron pese a la inconveniente lluvia.
Gritos, saltos, baile no pararon ni un momento. La lluvia menguó y la fiesta parecía interminable por la energía inagotable a los artistas que sin parar cantaban todo lo que les pedían para complacer al público que les acompañaba a coro.
Los máximos exponentes de la música regional mexicana atrajeron la noche del jueves a señores mayores, jóvenes y mujeres de todas las edades, ataviados con sombreros, botas vaqueras y camisas a cuadros.
Los asistentes abarrotaron todas las localidades y por su apariencia y forma de vestir parecían originarios de las ciudades de Matagalpa y Estelí (norte), donde el género norteño es muy gustado.
“La jaula de oro”, “El otro México”, “Jefe de jefes”, "La puerta negra" y "Contrabando y traición" eran solicitadas una y otra vez.
Jorge Hernández en el acordeón y vocalista, Hernán Hernández bajo eléctrico y voz, Eduardo Hernández segundo acordeón, segundo bajo sexto, saxofón y voz, Luis Hernández bajo sexto, voz y Oscar Lara en la batería, enamoraron a su público.
La agrupación hoy disfruta su momento de gloria con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, que inmortalizó su nombre y su carrera artística.
Originarios de Sinaloa y radicados en California, lograron en más de 50 ocasiones estar en el primer lugar con sencillos.
“La reina del sur” hizo olvidar la lluvia y el lodo para poner a bailar a las parejas, hombres y mujeres se movían al ritmo de la música norteña.
El rugido de Los Tigres se escuchaba por el centro de Managua y se entregaron por completo a sus admiradores compensado la fidelidad a la banda, no se movieron pese a la inconveniente lluvia.
Gritos, saltos, baile no pararon ni un momento. La lluvia menguó y la fiesta parecía interminable por la energía inagotable a los artistas que sin parar cantaban todo lo que les pedían para complacer al público que les acompañaba a coro.
Los máximos exponentes de la música regional mexicana atrajeron la noche del jueves a señores mayores, jóvenes y mujeres de todas las edades, ataviados con sombreros, botas vaqueras y camisas a cuadros.
Los asistentes abarrotaron todas las localidades y por su apariencia y forma de vestir parecían originarios de las ciudades de Matagalpa y Estelí (norte), donde el género norteño es muy gustado.
“La jaula de oro”, “El otro México”, “Jefe de jefes”, "La puerta negra" y "Contrabando y traición" eran solicitadas una y otra vez.
Jorge Hernández en el acordeón y vocalista, Hernán Hernández bajo eléctrico y voz, Eduardo Hernández segundo acordeón, segundo bajo sexto, saxofón y voz, Luis Hernández bajo sexto, voz y Oscar Lara en la batería, enamoraron a su público.
La agrupación hoy disfruta su momento de gloria con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, que inmortalizó su nombre y su carrera artística.
Originarios de Sinaloa y radicados en California, lograron en más de 50 ocasiones estar en el primer lugar con sencillos.