Ambas estaban juntas a las 13:14 horas del 19 de septiembre del año pasado, momento en que ocurrió el sismo de 7,1 grados. Así lo relata Lourdes Sánchez Lira, hermana e hija de las mujeres.
En este primer aniversario del siniestro, sus familiares regalaron rosas blancas a deudos, amistades y curiosos que asistieron al predio localizado en la colonia Obrera de la capital para llevar a cabo el simulacro de sismo y así recordarlas.
El hijo de María Elena pintó un mural, a manera de homenaje y memorial con sus nombres: Helen (su madre) y Tere (su abuela).
"¿Las telas o la vida?", se lee en una manta colocada a un lado del mural y que fue adornado con las flores y veladoras de familiares de las trabajadoras que quedaron atrapadas y perdieron la vida hace exactamente un año.
Otro de los mensajes pintados en una de las paredes que quedó de pie dice: "La vida de una costurera vale más que todas sus máquinas".
En la entrada al predio, la consigna grabada con pintura de aerosol es un reclamo a las autoridades: "Sepultadas en la corrupción, vivas en la memoria".
Lourdes describe que le duele no poder volver a verlas, y asegura que la altera escuchar no solo la alerta sísmica, sino cualquier alarma. Desde ese 19 de septiembre, reconoce, la vida ya no volvió a ser igual sin sus familiares.