Nueva Delhi, 30 jul (EFE).- El reconocido diseñador JJ Valaya celebró sus treinta años de alta costura en la India mediante una retrospectiva de sus mejores piezas regada con matices de trajes de luces, mantones de Manila y motivos tradicionales de abanicos en el que es ya su segundo viaje "inconsciente" a España.
Valaya maridó esta semana con "Alma", como bautizó a su retrospectiva en un lujoso hotel de Nueva Delhi, las influencias más tradicionales de opulencia y realeza de su estado natal de Rajastán con unas pinceladas de modernidad que lo han echo famoso en el país asiático.
MATICES ESPAÑOLES
"Por pura coincidencia, España fue la inspiración del treinta aniversario. No lo planeamos, sucedió así", explicó Valaya a Efe desde una de sus tiendas, donde expone trajes que pueden llegar a venderse por decenas de miles de dólares y atiende personalmente a los clientes con bolsillos más profundos.
"Todo tuvo unos matices españoles muy fuertes", recordó el diseñador días después del pase, organizado en el marco de la semana de la Moda en la capital india.
Incluyendo el repertorio musical que arrancó con un Asturias, de Isaac Albéniz, bajo influencia de instrumentos indios, así como el escenario inspirado en la Alhambra de Granada.
Valaya destacó entre sus influencias "los trajes de torero, que no pueden ser ignorados porque son absolutamente espectaculares (...), en segundo lugar los mantones de Manila con sus rosas rojas y sus flores espectaculares", así como los abanicos.
"Mi hija fue la estilista del desfile y realmente trajo la influencia española con los labios de rojo intenso y brillantes, además del cabello ondulado" de las modelos, recordó, antes de reconocer que la inspiración española "podría haber sido mucho mayor" si no hubiese sido por el carácter de retrospectiva.
"Es una colección de 42 colecciones", dijo.
Se trata de la segunda vez que el diseñador, nacido en 1967 y denominado el "zar de la moda india", encuentra inspiración en España tras su colección titulada "Maharajá de Madrid".
EL ALMA DE LA INDIA
Pero si Albéniz sigue siendo Albéniz aunque esté interpretado por sitares y percusión india, los pesados lehengas trufados de flores y las chaquetas de novio no menos opulentas no pierden la esencia del país asiático.
"No he perdido el alma de la India porque aquí está mi mayor mercado", explica Valaya, poniendo como ejemplo a las grandes bodas indias que llegan a durar una semana o hasta diez días y que el diseñador lleva tres décadas viendo cómo cada vez se vuelven "más grandes, más festivas".
El diseñador declara "adorar la tradición" india pero rápidamente apostilla: "nunca seré un purista (...) ser históricamente correcto me parece de lo más aburrido".
Por eso recuerda con una sonrisa cómo la maharani o princesa de Kapurthala, durante una visita a su taller en Nueva Delhi, afirmó que Valaya es "el futuro del pasado".
MODA ECLÉCTICA
Valaya explora la contradicción en sus lujosas vestimentas, entre la opulencia de los maharajás de Rajastán y los motivos de comunidades nómadas "en completa contradicción con la realeza", pasando por el art decó.
Una naturaleza ecléctica que el diseñador atribuye a su infancia como hijo de un militar, con sus constantes desplazamientos cada pocos años por toda la India.
"He visto el largo y ancho de la India y supongo que todo el espíritu nómada también me viene de ahí, porque literalmente solíamos hacer la maleta e irnos al cabo de tres años a una nueva ciudad. Nueva escuela, nuevos amigos, un cambio completo", dijo.
Para el diseñador, desde la moda hasta la cocina ejemplifican el espíritu "maximalista" de la India.
"Mira a nuestra comida, no es sencilla. Si vas a París, te puedes comprar una barra de pan, queso y una botella de vino y estás listo. Pero aquí, necesitas especias y sabores que cambian del sur al este, y al oeste", explica.
"La India ama el maximalismo, porque está en su alma. Yo solo estoy siendo indio, que no tiene nada de malo", sonríe Valaya.