Ciudad Juárez (México), 26 sep (EFE).- Con motivo de la conmemoración de la 108 Jornada Mundial del Migrante, decenas de refugiados de diferentes nacionalidades acudieron a la celebración eucarística que se efectuó en catedral de la mexicana Ciudad Juárez.
Los indocumentados tenían banderas de su país de origen y al iniciar la misa entraron en fila y se sentaron en la parte de delate del templo, ya que la ceremonia fue en su honor.
Dentro del sermón, dirigido por el padre Calvillo, director de la Casa del Migrante, comentó: “El hombre tiene derecho a buscar una mejor vida, lo triste es que siempre nos encontramos con gente rica que pone barreras y muros, esto lleva a la muerte a los migrantes. Todos merecemos algo mejor, sin importar del color o el idioma que hablemos".
"Esta misa les ayuda, es como cuando una gente va a darles de comer, eso los anima, como cuando van con el psicólogo, así les ayuda esta misa. Es descubrir que ellos no están solos y tienen también necesidad de Dios", declaró a Efe el padre Calvillo.
Comentó que es aleatorio cómo unos migrantes si pueden cruzar a Estados Unidos y otros no, juegan con su dignidad. Añadió que no comprende estas estrategias de los Gobiernos, para hacer dicha selección, que genera desesperación entre los grupos de movilidad.
Uno de los indocumentados que asistieron fue Bianca Canales, originaria de Honduras, quien declaró a Efe:"Tengo un mes en Juárez, vengo con mi esposo y con mis dos hijos. Es duro el camino, allá en Guatemala nos querían secuestrar y aquí nos pedían dinero. La atención que tenemos ahorita donde estamos en el albergue es buena".
Otro caso es el de Luz Marina Márquez, proveniente también de Honduras. "Allá mataron a mi hijo de 17 años, aquí en Juárez nos han tratado muy bonito, tenemos una esperanza para poder cruzar. Es muy duro salir de tu país, no se lo deseo a nadie, yo ya no puedo regresar por tanta violencia en mi país", relató.
Después de más de un mes de anunciarse la cancelación del programa "Quédate en México", la región fronteriza, vive una crisis migratoria, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) ha interceptado a más de 1,7 millones de personas en lo que va del año fiscal 2022, que se inició en octubre pasado.