Llegó la fecha 6 y 7 de NASCAR Challenge, para Rubén Ortíz y el auto #57 con el apoyo de Grand Fiesta Americana / Fiesta Inn / One Hoteles, segundo reto para el piloto tras su retorno a las pistas, teniendo ganas de revancha; lo cual quedó claro en el par de competencias pactadas a 70 giros en el trazado queretano.
Todo comenzaría el viernes 2 de octubre en donde Rubén tendría un fuerte obstáculo por delante al iniciar en la última parte de la parrilla de la categoría, por lo que el trabajo en carrera sería de suma importancia para poder volver a la pelea. Fue así como llegó la bandera verde desde la posición 20, desde donde vuelta a vuelta lograría una remontada importante para terminar en el lugar 8, 12 escalones por delante del inicial y sumando su primer Top-10 de la presente temporada.
Ya para el día sábado, con la parrilla invertida para los primeros 15 puestos generales, Ortíz arrancaba desde la primera fila lo que auguraba otro buen resultado para el capitalino; sin embargo, un contacto lo dejaría sin posibilidades a falta de 32 giros para la aparición de la bandera a cuadros, algo que deja un sabor agridulce en el equipo.
“Fue un fin de semana de contrastes en el que lo más importante es el avance que logramos con respecto a lo sucedido en Puebla. Logramos ser competitivos y eso se reflejó en el resultado de la primera carrera y en la buena competencia que se estaba haciendo el sábado”.
“Por desgracia fue un manejo antideportivo por parte de otro piloto el que no nos permitió cerrar como hubiéramos querido, pero nos llevamos un Top-10 que nos deja tranquilos. Agradecer a Grand Fiesta Americana, Fiesta Inn y One Hoteles, por todo su apoyo. Estamos firmes y seguiremos trabajando para San Luis Potosí”, expresó Rubén.
El siguiente compromiso para Rubén Ortíz a bordo del #57 con el apoyo de Grand Fiesta Americana / Fiesta Inn / One Hoteles, llegará el 22 de octubre cuando NASCAR PEAK México Series se presente por segunda ocasión en este 2020 en el óvalo de San Luis Potosí.