Sin planeación, no hay paraíso

13 de Noviembre de 2017
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gaba-estrella
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Iniciar un proyecto de la índole que sea, siempre tendrá sus aciertos y desaciertos. Pero convencida estoy de que hay un ingrediente, no tan secreto, que te permitirá tener la delantera, y se llama: PLANEACIÓN.


Después de que hemos decidido EMPRENDER, de salir de la ZONA DE CONFORT y de tener un propósito establecido, ¿qué sigue?, sin lugar a dudas el siguiente paso es: CONVERTIR EL PROPÓSITO EN REALIDAD, y para ello será necesario tener bien presente hacía donde vamos y qué queremos lograr.


Recuerdan cuando en algunas clases desde la primaria, hasta pasando por secundaria, preparatoria, universidad, máster, todo aquello que tenga que ver con proceso didáctico, siempre salía un Profesor que te pedía la respuesta a las 5 preguntas básicas. 1. ¿Qué?, 2. ¿Quién?, 3. ¿Cómo?, 4. ¿Cuándo? y 5. ¿Dónde?, y eran los minutos más silenciosos y de pensamiento crítico avanzado que teníamos ante la búsqueda exhaustiva de esas cinco respuestas. La mayoría llegábamos a pensar por esos momentos ¿y eso para qué me va a servir?, algo así como la hipotenusa, del cuadrado del coseno, con la multiplicación del famoso pi por radio al cuadrado.


Las 5 preguntas básicas tan sencillas por fuera, pero tan difíciles de contestar, son y seguirán siendo la clave para comenzar lo que sea con una buena planeación. Al conocer sus respuestas, estamos listos para diseñar nuestro plan derivado de cinco ingredientes indispensables: enfoque, análisis de la situación, establecimiento de objetivos, diseño de la estrategia y nuestro plan de acción.


Joshua Aguilar autor del Best Seller “Diario de un Emprendedor” sugiere que al plantearte las cinco preguntas básicas, las respuestas deben hondar en enfocarte en aquello para lo que realmente eres bueno. Qué haces mejor que los demás. Y en definitiva consideró que este planteamiento será de gran ayuda a la hora de comenzar a planear, pues el hecho de que algo sea rentable o benéfico para otra persona, no significa que pueda serlo para ti también.


Y enfocar nuestra planeación en aquello en lo que realmente somos buenos, ha dejado ejemplos en el arte de hacer negocios:




  • Mark Zuckerbeng, creador de Facebook, enfocó su negocio en aquello en lo que realmente era bueno: programar.

  • Tom Monaghan, creador de Domino´s Pizza, se enfocó en lo que sabía hacer mejor: hacer pizzas.


¡Sigue tu pasión, con una buena planeación! Ese es el secreto para hacer de lo genuino algo extraordinario.


Saber hacia dónde vamos y que es lo que queremos lograr, nos permitirá sortear los aciertos y desaciertos sin grado de asombro, siempre listos para contenderlos de la mejor manera, pero sobre todo listos, para cachar las áreas de oportunidad que se derivan en crecimiento, y que siempre habrán de acompañar a los proyectos de éxito.


Compartiré contigo algo que en lo personal siempre me ha funcionado a la hora de planear y sobre todo ejecutar dicha planeación. Siempre voy acompañada de una libreta en la que no dejo de anotar todo lo que puede presentarse en el día, desde una nueva idea, hasta una nueva forma de mejorar. Pero ante todo, he aprendido la gran tarea de saber escuchar.


Escuchar es una habilidad maravillosa. Winston Churchill era famoso por su capacidad de escuchar, de ahí una de sus frases célebres: “se requiere coraje para levantarse y hablar; también se requiere coraje para sentarse y escuchar”.


Escuchar, asombrarse, no dejar de aprender, ni de innovar serán herramientas fundamentales a la hora de ejecutar tu planeación, lo que te permitirá siempre estar PLANEANDO CON MEJORA CONTINUA, hasta que sea un hábito que formará parte de tus actividades y estar pendiente de que tu PLAN siempre este al día de la circunstancias y tiempos, cuidando cada DETALLE que procede de lo más inesperado y que puede ser lo más valioso.


El secreto está en no descuidar los detalles. Yo creo como dicen algunos, que “Dios está en los detalles”. Detalles que pasan desapercibidos para los que no están preparados, y que se vuelven una diferenciación y ventaja para quienes los están esperando.


Además de todos los atributos que he mencionado en relación a una buena PLANEACIÓN, también te permitirá SIMPLIFICAR. Es necesario reducir la complejidad para poder disfrutar de lo que hacemos.


Ya sabes lo que dicen por ahí: “si no lo puedes planear, menos aún lo vas a poder realizar”. Así que, cuando hayas planeado lo que debes hacer, tírate al agua y no pares de nadar hasta llegar a la otra orilla. Disfruta de la travesía, de la seguridad que te da conocer el territorio y prepárate para continuar nadando en un mar de aprendizaje que nunca para y que te permite no volver atrás ni ahogarte a medio camino.


Y recuerda: inteligente no es aquel que más datos acumula, sino quien es capaz de resolver más problemas distintos, basado en una buena planeación. “Sin planeación,  no hay paraíso”.