Querétaro, 17 abril 2024.- (depositphotos) La Secretaría de Salud (SESA) del estado de Querétaro informa que, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la lumbalgia es la presencia de dolor en la región lumbar del borde inferior de las costillas a los glúteos.
Puede durar poco tiempo (aguda: menos de 6 semanas), algo más (subaguda: 6 a 12 semanas) o mucho tiempo (crónica: más de 12 semanas), y se puede presentar a cualquier edad y casi todas las personas la padecen al menos una vez en la vida.
En 2020 la lumbalgia afectó a 619 millones de personas en todo el mundo y se estima que el número de casos aumente a 843 millones para 2050, debido en gran medida al aumento y envejecimiento de la población.
Además a nivel mundial es la principal causa de discapacidad y también es la afección en que la rehabilitación puede beneficiar al mayor número de personas.
La lumbalgia dificulta el movimiento y afecta la calidad de vida y el bienestar mental, y puede limitar las actividades laborales y la interacción con familiares y amigos.
Hay de dos tipos:
Específica: hay presencia de dolor ocasionado por alguna enfermedad o problema estructural de la columna vertebral, o bien, dolor que irradia desde otra parte del cuerpo.
Inespecífica: no se puede precisar una enfermedad concreta o una causa estructural para explicar el dolor. Alrededor del 90 por ciento de los casos corresponden a este tipo de lumbalgia.
Se presenta como un dolor sordo o agudo y también puede ocasionar que se irradie a otras partes del cuerpo, sobre todo las piernas.
En los casos que restringe el movimiento, puede afectar la participación en el trabajo, la escuela y la comunidad.
Asimismo, puede ocasionar trastornos del sueño, estado de ánimo deprimido y angustia. Es importante acudir a consulta médica para diagnóstico y tratamiento.
Mejorar el estado físico, así como aprender y practicar cómo utilizar el cuerpo puede ayudar a prevenir el dolor de espalda. Para mantener la espalda fuerte y saludable, se recomienda lo siguiente:
Realizar ejercicio: Las actividades aeróbicas regulares de bajo impacto, aquellas que no tensan ni sacuden la espalda, pueden aumentar la resistencia y la fuerza de la espalda, así como permitir que los músculos funcionen mejor.
Caminar, andar en bicicleta y nadar son buenas opciones. Cuando ya se tiene diagnóstico de lumbalgia se debe revisar con el profesional de la salud sobre las actividades que se pueden llevar a cabo.
Desarrollar fuerza y flexibilidad muscular: Los ejercicios para los músculos del abdomen y de la espalda, que fortalecen el tronco del cuerpo, ayudan a acondicionar estos músculos para que sostengan bien la espalda.
Mantener un peso saludable: El peso extra puede debilitar los músculos abdominales, causar problemas de la pelvis y la columna vertebral y contribuir al dolor lumbar y dañar la postura.
Dejar de fumar: El dolor en la parte baja de la espalda aumenta con la cantidad de cigarrillos que se fuman al día. Por lo tanto, dejar de fumar reduce el riesgo.
Evitar los movimientos de rotación o distensión sobre la espalda.
Para utilizar de forma correcta el cuerpo, es importante realizar lo siguiente:
Mantener una buena posición al estar de pie. No encorvarse. Una buena postura puede reducir la tensión sobre los músculos de la espalda.
Sentarse bien: Elegir un asiento que ofrezca buen apoyo para la zona lumbar o parte baja de la espalda. Mantener las rodillas al nivel de la cadera. Cambiar de posición con frecuencia, como mínimo cada media hora.
Levantar peso de forma correcta: En la medida de lo posible, evitar levantar cargas pesadas. Si se requiere hacerlo, realizarlo de tal modo que la fuerza la ejerzan las piernas.
Mantener la espalda recta, no encorvada, y flexionar solo las rodillas. Colocar el objeto cerca del cuerpo. Si el objeto es pesado o resulta incómodo levantarlo, buscar a alguien que lo ayude.