Lo más impactante de estos cuestionamientos, era saber sus opiniones y creencias, encontrándome con un resultado en el que a pesar de ser generaciones completamente distintas, ambas coincidían en la forma de ver a nuestros famosos políticos. Y les tengo una mala noticia, no es tan favorable, como lo que ellos puedan creer, o sus equipos estratégicos de trabajo.
Y es que, si bien es cierto, las próximas elecciones en México se han convertido en unas de las más estratégicas en relación al electorado y a la era que viven las plataformas digitales, considero al igual que mis anteriores grupos, que existen problemas y necesidades que siguen siendo los mismos, y que coinciden en ser los más importantes, porque no será fácil tratar de convencer a los votantes de que algo ha cambiado, de que realmente alguien está dispuesto a hacer algo para sacar a nuestro país adelante, poniendo como prioridad las necesidades de la mayoría y no las particulares.
Estimadas damas y caballeros de nuestra clase política, el Marketing Político tiene su esencia en la planificación y desarrollo de estrategias con sentido social, en donde se deben enfocar los esfuerzos, acciones, propuestas y oportunidades que una sociedad pueda tener al tenerlos como autoridades.
Y si aún no les quedó claro, el MARKETING POLÍTICO es el empleo óptimo de los resultados de estudios precisos de la opinión de los CIUDADANOS, en donde emanan las propuestas.
Sé que alguien podrá decirme: “es que son precampañas, están dirigidas a los militantes y simpatizantes de los partidos”; y precisamente ante esto, es que aumenta la preocupación de la mayoría.
Imagínense entonces si los agremiados a sus partidos no son tomados en cuenta con seriedad y con precampañas de contenido, con alternativas de candidatos que les permitan tomar una decisión, que nos podemos esperar a la hora de la contienda generalizada, al momento de estar frente a las urnas.
El MARKETING POLÍTICO ha perdido en estos meses su importancia y su objetivo, ha pasado de ser una herramienta poderosa, a convertirse en malos chistes, en donde ya no hay distinción entre una parodia, un meme y la realidad. Pareciera que hoy en día el que haga la graciosidad más grande es el que lleva la delantera en galardonarse como el chistoso del año, pero sobre todo se ha convertido en un proceso de marketing y posicionamiento donde están SUBESTIMANDO LA INTELIGENCIA DE LOS CIUDADANOS.
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha declarado que poco más del 50 por ciento del padrón electoral está conformado por jóvenes entre 18 y 39 años, y al decir jóvenes, no significa que estemos carentes de raciocinio en relación con lo que queremos mejor para México, para cada uno de los lugares en los que vivimos, y no significa que no coincidamos entre sociedad con el otro 50 por ciento, que ha visto pasar una y otra vez buenos y malos gobernantes, teniendo una gran experiencia en lo que ha funcionado pero sobre todo en lo que no.
Hoy en día, son más los jóvenes que se arriesgan y trabajan todos los días por seguir preparándose, por seguir sacrificando lo poco o mucho que tienen con tal de visualizar un mejor futuro para ellos y sus familias, y eso debería de ser aprovechado con talento.
Las ganas de los jóvenes y la experiencia de los grandes, debería ser tomada en cuenta para hacer sinergia entorno al cambio gradual que de forma urgente requiere nuestro MÉXICO.
Los MEXICANOS somos gente invaluable, y es momento de demostrar que a lo largo de nuestra historia hemos aprendido lo que si queremos, pero sobre todo y ante todo LO QUE NO QUEREMOS.
La clase política y sus equipos de trabajo estratégicos, hoy tienen una gran oportunidad de sumarse y realizar campañas que renueven la confianza y la disposición de la participación ciudadana, tan necesaria para construir un MÉXICO GRANDE.
Somos un electorado de jóvenes, adultos, abuelos, con acceso a los medios digitales, con acceso a la información, sabedor de requerir soluciones y propuestas reales entorno a seguridad, educación, salud, economía, empleo. Los temas siguen siendo los mismos, las coincidencias también.
El MARKETING POLÍTICO EN 2018 debería tener como objetivo central impactar en la población para acabar con la apatía y lograr una participación más honrosa y numerosa, donde predominen las preferencias de la mayoría. Donde predominen la coherencia en los discursos y acciones de los candidatos.
Donde se pueda volver a sentir la honra en ser llamado a ser representante de casilla. Donde la política incluyente y veraz pase de las sedes, a las redes, a la calle, a las personas.
Aún estamos a tiempo, soñar no cuesta nada. México necesita de todos, esperemos que nuestra clase política aproveche cada espacio para comprender mejor a los ciudadanos y adecuar una mejor oferta encaminada a acciones reales y de oportunidades para todos.
