La migración en tiempos de inhumanidad

22 de Octubre de 2018
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Querétaro, 22 octubre 2018.- ¿Cómo definimos la migración? Inmigrantes, extranjeros, refugiados. Definiciones y significados acorde a las circunstancias. Sin embargo, hay una definición en la que todos deberían de coincidir “BIENESTAR”, ese estatus que todos como seres humanos buscamos y al cual tenemos derecho por el simple hecho de ser personas.

Y ya no me refiero al término de riqueza extrema, sino al poder de contar por lo menos con lo mínimo indispensable para cubrir las necesidades básicas para sobrevivir.
El tema de los hondureños está estremeciendo al mundo. Más de 3 mil migrantes provenientes de Honduras dejaron su país e iniciaron una caravana para cruzar Centroamérica y México, con el objetivo de llegar a Estados Unidos.

Caravana donde no escapa el género, la edad, ni las condiciones físicas. Menores de edad, mujeres, hombres, adultos mayores, que huyen de la violencia, la pobreza y de las violaciones a derechos humanos de acuerdo con la información de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México.

La migración internacional es una realidad creciente en las últimas décadas y el proceso de globalización acelera esta tendencia, a pesar de la falta de sensibilidad por la mayoría de los gobiernos, que se niegan a incluir el tema en las negociaciones de liberación comercial, y de las manifestaciones numerosas y reiteradas en las peticiones de organizaciones sociales, que han gritado las consecuencias y acciones como la que estamos viendo.
La problemática que lleva a migrar es multidimensional, el mayor motivo, fuera de la violencia política, es el problema del desempleo, la extrema pobreza, la desigualdad económica, propias de todo el mundo, en unos países más marcado que en otros.

El debate sobre la migración mundial se está agudizando y ya no puede esperar. Hay una alarma generalizada sobre la explosión de refugiados, junto a la creciente preocupación por los migrantes por motivos económicos. En la actualidad una de cada 30 personas en el planeta es migrante internacional.

Más allá de aceptar o no más migrantes y refugiados, América Latina atraviesa una serie de crisis derivadas de los malos gobiernos, de la irresponsabilidad de quienes deciden asumir el cargo de administrar los recursos de cada nación, realizando acciones desiguales que trasgreden y empobrecen a su población más allá de su bienestar.



Se trata de violencia incontenida, desempleo, falta de alimentación, deficiencia de servicios básicos, que hoy no es exclusiva de Honduras, volteemos a ver a Venezuela, El Salvador, Cuba, el propio México y muchos más.

Se trata de un problema de humanidad, porque lamentablemente siguen pesando los intereses de las minorías, por encima de la calidad de vida de las mayorías.

El entorno internacional debe encontrarse en un momento de análisis y reflexión, en donde las acciones deben permear por encima del discurso. La población mundial está cansada y busca mejorar sus condiciones, sin importar si en ello les cuesta la vida.
La migración no es otra cosa más que la acción voluntaria o forzada que realiza una persona al moverse de su lugar de origen para llevar a cabo una nueva vida en otro lugar.

Que levante la mano quien considere que nadie puede aspirar a una mejor vida, todos tenemos derecho. Estamos ante un hallazgo en el que difícilmente se puede opinar y saber cuál sería la acción correcta. Lo cierto es que se trata de cambiar el pensamiento y la acción dejando atrás los beneficios individuales para pasar a los colectivos.

Se trata de recobrar el sentido de humanidad, porque lo único cierto en todo esto, es que la gente abandona sus lugares de origen para buscar en otros sitios nuevas oportunidades y mejores estándares de sobrevivencia.