La guerra comercial con Estados Unidos continúa, pero una cosa es todo lo que se anuncia y decreta como medidas de proteccionismo a las economías de cada país y otra muy diferente comenzar a pagar las consecuencias y vivir la realidad.
A finales del mes de mayo, Estados Unidos anunciaba nuevos aranceles para el acero y aluminio, para México, Canadá y la Unión Europea. Los especialistas en la materia, declaraban que el impacto para México no sería tan grave y que incluso podría traer algunos beneficios.
La realidad es que las consecuencias ya comenzaron a sentirse. Como bien lo anunciaba Fernando Ruiz Huarte, Director general del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología (COMCE), las exportaciones mexicanas de acero y aluminio no se están dejando de hacer, pero si están siendo disminuidas, lo que sin duda traerá un impacto para la economía y empleo de los inversionistas y los mexicanos.
Y aunque preciso que aún no hay cifras oficiales, los propios empresarios del giro ya levantaron la voz respecto al impacto que sus industrias están ya resintiendo.
Lo cierto es que todos los países están reaccionando con la imposición de aranceles en la misma magnitud, pero a otros productos, y mientras la bolita de pingpong sigue de un lugar a otro, ciudadanos de todas las naciones somos los afectados. Para México tan solo, esto dejará de ser un problema hasta que no se llegue a un acuerdo en relación a la renovación del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN).
Un TLCAN que pareciera no se verá resuelto sino hasta inicios del 2019. Mientras tanto, empresarios y ciudadanos siguen sorteando la contrariedad de las políticas comerciales internacionales, buscando y desarrollando estrategias que permitan salir avante con las menores afectaciones posibles.
Lo que es cierto, es que sin duda, esta es una gran oportunidad para que México sea más competitivo y desarrolle una política económica internacional que no dependa en su mayoría por un solo país.
Hoy en día las entidades públicas tanto federales y estatales, han realizado negociaciones y dado apertura a inversiones provenientes de otras naciones no solo de la Unión Americana, lo que afortunadamente dejará a un México con mayor fortaleza y crecimiento de mercado en el entorno internacional, una vez que se finalicen las negociaciones del TLCAN, riesgo muy grande que corre EU, pues los demás países están dispuestos a explorar también nuevos mercados y no caer en el chantaje comercial.
El pasado viernes se daba la famosa reunión entre el Presidente Enrique Peña Nieto y el Presidente Mexicano Electo, Andrés Manuel López Obrador con funcionarios del gabinete de Donald Trump, ambas por separado, reuniones que la bolsa mexicana de valores seguía respaldando, ante un “PESO MEXICANO” que sigue tratando de sostenerse, dando un mensaje positivo al llevar cuatro semanas de ganancias acumuladas, en un mercado atento y ansioso de que ambos países lleguen a acuerdos comerciales que beneficien a los inversionistas y al desarrollo económico de ambas naciones.
Y aunque de la reunión no salieron resultados medibles, la realidad es que ambas comitivas externaron su posición de reiniciar la negociación en un sentido diferente y con posiciones más abiertas y equitativas. Se prevé que las renegociaciones al TLCAN se estén retomando para la última semana de este mes de julio.