El presidente en Querétaro de este organismo empresarial, Jorge Rivadeneyra Díaz, apuntó que esta prestación se calcula con base a los resultados de producción del año pasado, pero el crecimiento fue de cero.
Sin embargo, refirió que la gran mayoría de las empresas cuenta con recursos reservados para cumplir a los trabajadores.
Pero debido a los estragos de la contingencia sanitaria por el COVID-19, no descartó que existan procesos de negociación entre los empresarios y trabajadores, en torno al pago de utilidades.
“No se descarta la posibilidad de que algunas empresas, como lo han venido haciendo, tengan una negociación con los trabajadores. Es un tema que viene del año pasado, y la mayor parte de las empresas sí hacen una provisión para este asunto”, manifestó.
Señaló que el porcentaje de afectación puede variar, debido a que muchas industrias aún se encuentra en espera de apoyos gubernamentales.
Reiteró que entre 10 y 20 por ciento de empresas cuentan con problemas severos de liquidez, e incluso, algunas con riesgo de bancarrota, por lo que podrían tener problemas con las utilidades y otros puntos de la vida de las empresas.
A esto, Rivadeneyra Díaz, lamentó que el año pasado hubo un crecimiento cero en materia económica e industrial, por lo que en 2019 se vieron utilidades a la baja.
Por último, el empresario industrial aseguró que lo que se busca es que el gobierno federal implemente un programa de reactivación económica lo más pronto posible, para evitar afectaciones a las empresas y a los colaboradores.
Subrayó la voluntad que expresan los empresarios por privilegiar y rescatar los empleos, ya que recordó que la industria genera tres cuartas partes de los empleos totales en el estado.