Economía mexicana en la víspera de las elecciones

25 de Junio de 2018
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Iniciaba el 2018 y con él las expectativas entono a la economía nacional, la cual arrancaba el año con tres retos nada fáciles: la renegociación del TLCAN, el impacto de la reforma fiscal de Estados Unidos y el proceso electoral del próximo 1 de julio.

Invariablemente la historia de los últimos cuatro sexenios dan muestra del impacto que representa las elecciones en la economía mexicana y su grado de afectación y origen, pero este año en particular, se prevé más complicado pues los temas giran en torno a nuestro país directamente, generando incertidumbre y volatilidad en la actividad productiva del país.



De acuerdo a expertos nacionales e internaciones, el impacto en la economía real se verá reflejado hasta 2019, pero el resultado en la elección del Presidente de la República puede tener consecuencias inmediatas en los mercados financieros, generando inestabilidad y poniendo en riesgo sobre todo la inversión.

Y es que los expertos señalan, que el próximo Presidente de México deberá pronunciarse de forma inmediata con un mensaje y acciones que generen confianza, siendo un parteaguas para irnos para arriba o para abajo en le segunda mitad del año.

Se conoce que tan solo en este momento las inversiones del sector automotriz, eléctrico, electrónico y electrodoméstico, están detenidas por la falta de acuerdo con Estados Unidos y en espera de que el próximo gobierno mexicano electo se pronuncie en favor del respaldo a sus inversiones.

Moody's Investors Service, una de las agencias más prestigiosas de calificación de riesgo que realiza la investigación financiera internacional y el análisis de las entidades comerciales y gubernamentales, señalaba desde el 2017 que la transición política en México también puede desacelerar la inversión pública en infraestructura, ya que a la nueva administración le va a llevar tiempo establecer sus prioridades y desarrollar una serie de proyectos, cambios y mejoras, derivado de todos los actos de corrupción a los que se ha enfrentado el actual gobierno mexicano.

Además Moody's señala que la pregunta de los inversionistas extranjeros respecto a México, es si la aplicación de las llamadas reformas estructurales estará en juego, en caso de que el próximo Presidente quiera cambiarlas o frenarlas y de ser así, cuánto tiempo tardará el país en definir su política económica para que puedan estudiar la viabilidad de la inversión.
La realidad es que México enfrenta y requiere un cambio estructural que cualquiera que logré ganar las elecciones este próximo domingo, deberá iniciar de forma inmediata, ante un panorama que mejora su contexto en una economía sustentada principalmente por el consumo privado y las exportaciones.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), tan solo a finales del mes de mayo de 2018, mejoró sus pronósticos de crecimiento económico para nuestro país para este y el próximo año.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) por su parte, mediante su comparación anual sobre la estimación oportuna del Producto Interno Bruto (PIB) observó un incremento real del 2.4 por ciento en el primer trimestre de este 2018, y que pareciera nuevamente va en picada para el cierre del segundo trimestre.

Y este viernes 22 de junio a menos de 10 días de la elección, la Bolsa Mexicana de Valores cerraba con una ganancia de 0.60 por ciento, además del avance del peso marcando su mejor semana en más de 11 meses.

Lo cierto es que el próximo Presidente de México tiene un gran reto, al otro día de la elección, y todos los ciudadanos la obligación de tomar la mejor decisión. El 2 de julio debe representar una nueva oportunidad para avanzar en unidad en favor de todos los mexicanos.