“La gente se sorprende de que seamos mujeres las que cortamos, instalamos, creamos, ensamblamos pero, en cuanto a costos, ha sido justo, (el pago que se hace a una mujer con relación al que se le da al hombre”.
Recuerda que al entrar a las iglesias, sobre todo a las antiguas, lo que atrapaba su atención eran los vitrales, de ahí que nació su deseo por dedicarse a crearlos.Se trata de una profesión que permite adentrarse a una gran gama de posibilidades, pues si bien, los más reconocidos son los vitrales religiosos, también existen los figurativos, e incluso, en las viviendas y oficinas se trata de un elemento que sirve para modificar la atmósfera.
Son dos los temas fundamentales para la creación de vitrales: el espacio en el que se colocará y la visión de quien contrata la obra, específicamente sus gustos.
“Lo malo es que, en general, en Querétaro no hay mucha cultura del vitral, entonces, como a todos los artesanos, no nada más a los del vidrio, tratan de regatearle, pagar lo menos, no se valora que es demasiado trabajo. Es mucho lo que se hace y no lo quieren pagar”.
Para contrarrestar esa falta de demanda, así como el desinterés por pagar lo justo, es que su principal clientela se centra tanto en iglesias como en dueños de casa habitación y dijo que cualquier persona interesada puede contratarla a través de su correo [email protected]Por último, con relación a la conmemoración del Día de la Mujer, indicó que la creación de vitrales superó la brecha de géneros, pero que existen otros espacios en los que aún no se rompen esos estigmas.