En la eucaristía participaron 80 personas privadas de su libertad y sentenciadas, así como 50 más que integran el coro.
Durante su homilía, el Obispo aseguró a las personas privadas de su libertad que donde sea que se encuentren, aún recluidos, Dios los ha perdonado, pues aunque las leyes terrenales son diferentes, la ley de Dios es amor.
"Las leyes terrenales son diferentes, la ley de Dios es una ley de amor y donde quiera que estemos, aún recluidos, el señor nos perdona, y nos perdona totalmente, es totalmente borrón, no es como perdono pero no olvido, no tiene caso vivir así dice Dios, mejor vive con la paz en tu corazón", pidió.
Asimismo, enfatizó que Dios no condena a nadie, ya que "cada persona se afecta sola cuando se aleja de él".
Del mismo modo, precisó que Dios ya los salvó y que su oferta sigue vigente, pues quiere que le digan que sí quieren estarlo mediante obras, deseos de bien y en un trabajo por el otro.
"La oferta de Dios sigue vigente, él ya te salvó a ti, pero quiere que tu le digas sí quiero ser salvado", apuntó.
En ese sentido, Armendáriz Jiménez, exhortó a los presentes a ser presencia de Dios, lo cual les expresó que significa un gran reto, pero que todos pueden serlo porque son un tesoro único para alguien.
Los invitó a valorar la expresión de amor de Dios que alimenta con su palabra y la eucaristía, así como a creerle a Jesús respecto a que amó a todos hasta el extremo.
"Los invitó a valorar lo que tenemos, tenemos esta expresión de amor de Dios que no solamente está ahí como algo mágico, sino que nos alimenta; el amor hasta el extremo significa extender los brazos en la cruz y morir por el otro. Y está es la buena noticia del día de hoy, el señor en este sacramento de amor quiere que celebremos este gesto de amor por ti", añadió.
Durante su homilía, Faustino Armendáriz, explicó a las personas privadas de su libertad, que el lavado de los pies no es una improvisación, sino más bien sinónimo de servicio en nombre de Dios.
Les dio la bendición, les pidió que no descarten a Dios de su vida y que lo tengan como un sello "porque la fe es algo que transforma".
En la misa, el Obispo de Querétaro le lavó los pies a 12 personas privadas de su libertad, en representación a los 12 apóstoles.