Y es que dijo que la Navidad, junto con la llegada del Año Nuevo, influyen mucho en cómo las personas hacen una evaluación acerca de los proyectos que no se cumplieron, las personas que ya no están, etcétera.
Indicó que a menudo, las personas tienden a recordar en qué fallaron y no destacan los logros que obtuvieron durante el mismo periodo de tiempo, por lo que explicó, en algunos casos los logros se ven suprimidos por las pérdidas.
“A la hora de hacer el conteo de logros, fracasos o de proyectos no cumplidos, son más los que se visualizan como no cumplidos y es lo que deprime a la gente”, expresó.
Dijo que en el caso de las pérdidas familiares, aunque éstas se hayan tratado adecuadamente, durantes las fiestas de Navidad y Año Nuevo, es como un chip automático comenzar a recordar y hacer una especie de ‘check list’, que provoca muchas veces el inicio de la depresión.
“Justo en esta época es cuando la familia recoge una gran cantidad de afectaciones, afectivas, emocionales, patrimoniales, se inundan de sentimientos”, agregó.
Por otra parte, explicó que la depresión o afectaciones distímicas, como se le conoce a la oscilación entre la alegría, tristeza, melancolía, impulsividad, etcétera; sí tienen que ver con la época invernal.
TAMBIÉN PUEDES LEER: Tender y prevenir la depresión
Subrayó que la melatonina, es una sustancia que se activa con la luz de sol, por lo que durante la temporada invernal que predominan los cielos nublados, lo que más se activa es la serotonina.
“La melatonina y la serotonina que son neurotransmisores tienen que ver con esos estados de ánimo, cada uno tiene una afectación directa al organismo, la melatonina funciona para la alegría las ganas de estar activos, contrario a lo que hace la serotonina”, apuntó.