El tramo más trágico ha sido desde el kilómetro 155 hasta el 165, donde se han registrado múltiples accidentes, en su mayoría derivados por la desaceleración de los vehículos ligeros y del transporte, por las obras que se realizan desde hace casi dos años.
Sin embargo la incidencia tiene otros factores de suma importancia, como la eliminación de las rampas de frenado, que estaban ubicadas antes y después del ‘cerro partido’ y que en la mayoría de casos evitaban que los tráileres que se quedaban sin frenos se colisionaran con otros vehículos, haciendo las carambolas.
A esto se suma la falta de trabajo preventivo que debería hacer la Guardia Nacional (GN) división carreteras, para abanderar las zonas de alto riesgo con la ubicación de patrullas, lo que obligaría a los conductores de vehículos y transporte de carga a que disminuyan la velocidad.
Sin embargo esto no sucede, ya que la mayor parte de la carretera se puede recorrer sin la presencia de los patrulleros o muchas veces solo se ven deteniendo al transporte de carga, pero nunca a los vehículos de lujo que pasan a velocidades que rebasan los 150 kilómetros por hora.
El tramo que comprende el kilómetro 157 y 165, se ha convertido en el más fatídico, solamente en sentido a la ciudad de Querétaro que es cuero de la carretera federal que está en reparación y que en solo 15 kilómetros lleva ya casi dos años de trabajos que no concluyen.
Muchos tráileres y camiones de carga se han tenido que salir de la carretera exponiendo su vida para evitar las colisiones múltiples, pero sobre todo ante la falta de rampas de frenado que son indispensables, para que en caso de una falla mecánica o que se queden sin frenos, los conductores puedan optar por una opción menos riesgosa.
Han sido decenas de accidentes, incendios de vehículos y de tráileres, pero también de pérdidas humanas en este tramo carretero, la mayoría en dirección a la Capital del Estado.